La percepción de inseguridad en la Ciudad de México creció durante el cuarto trimestre del año pasado, principalmente entre habitantes de Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Tláhuac y Xochimilco, llevándolos a cambiar hábitos y rutinas para no ser víctima de algún delito, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con los resultados de su Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, la población manifestó sentirse insegura sobre todo en cajeros automáticos en la vía pública, el transporte público, el banco, las calles que habitualmente usan y centros recreativos.

El porcentaje de la población de 18 años y más que considera que vivir actualmente en su demarcación es inseguro, creció sobre todo en Gustavo A. Madero, en 6.5 por ciento, al pasar de 79.7 a 86.2 por ciento; seguido de Magdalena Contreras, con un alza de 5.9 a 76.2 por ciento.

Mientras en Tlalpan y Xochimilco también ocho de cada 10 de sus habitantes se sienten inseguros de vivir en esas demarcaciones, llevándolos a la modificación de hábitos, como el no llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito.

Otros, han cambiado sus rutinas y, en varios de los casos, evitan que sus hijos salgan de sus viviendas, pues en alcaldías como Tláhuac, 55.7 por ciento de los hogares cuenta con al menos una víctima de robo y/o extorsión, y en Gustavo A. Madero fue 51.9 por ciento.

La percepción que se tiene sobre el desempeño de la policía también ha influido en la sensación de inseguridad, como el ser testigos de conductas delictivas o antisociales en su entorno, llevándolos a un cambio de hábitos, como el caminar por los alrededores de su vivienda, pasadas las ocho de la noche.

Tan sólo en los primeros 13 días del año se cometieron en la Ciudad de México 47 homicidios dolosos, un promedio diario de 3.6, algunos con armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas y en contextos de extrema violencia.

Crean más mandos

De ellos, 14 se perpetraron en los primeros cuatro días de funcionamiento de la Fiscalía General de Justicia, que anunció un nuevo modelo de trabajo para la Policía de Investigación, que pasó de siete mandos regionales a 16 comandantes, encargados de las incidencias y los resultados en cada alcaldía.

Se trata, dijo, de determinar responsabilidades y tramos de control conforme a las necesidades reales del servicio, con metas medibles y verificables, por lo que el personal será distribuido de manera estratégica, de acuerdo a las cargas de trabajo que requiere cada demarcación.

Así como un análisis y revisión de los perfiles, y entrevistas con los mandos con mayores posibilidades para esta nueva asignatura, y la emisión de los nombramientos correspondientes, a fin de ofrecer mejores resultados en el combate de la incidencia delictiva.