La mayoría de los alumnos migrantes que logra concluir el tercer grado de secundaria egresa de la educación básica sin alcanzar los niveles mínimos de aprendizaje. En esta situación están tres de cada cuatro estudiantes en la prueba de lenguaje y comunicación y nueve de cada 10 en matemáticas.

De acuerdo con el estudio Rendimiento académico de alumnos migrantes que asisten a escuelas para migrantes en México, elaborado por investigadores de la Universidad Iberoamericana (Uia) y del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), estos problemas, sumados a la falta de acceso y a la poca permanencia que tienen en el sistema escolar, los perfila como el grupo que padece las peores condiciones de exclusión social.

Elaborado por los investigadores Carlos Rafael Rodríguez Solera y Patricia Patiño Martínez, ambos de la Uia, y Juana María Islas Dossetti, del extinto INEE, el estudio señala que si bien los datos oficiales revelan un aumento en el número de menores y adolescentes migrantes inscritos en este nivel educativo en los pasados cinco años, la cantidad es insuficiente y es muy bajo el nivel de aprendizaje.

Por ejemplo, de acuerdo con datos de 2018, al concluir los seis grados de educación primaria, el porcentaje de estudiantes mexicanos con un nivel de insuficiente fue de 45.2 en lenguaje y comunicación, y de 55.1 en matemáticas, mientras que el registrado en la población de migrantes fue de 74 y 79.7 por ciento, respectivamente, por encima de los registros obtenidos en escuelas primaria de tipo indígena y comunitaria.

El estudio, publicado recientemente por la Uia, señala que estas brechas educativas son más preocupantes si se considera que, en el caso de los migrantes, la gran mayoría sólo llega a cursar la primaria, por lo cual, lo poco que aprendan en dicho nivel educativo será, para ellos, lo único con lo que pueden contar el resto de su vida.

Sin embargo, la situación se agrava en la secundaria, pues a escala nacional, con datos oficiales de 2017, el porcentaje de estudiantes mexicanos con nivel insuficiente en lenguaje y comunicación es de 34.8 y de 56.2 en matemáticas, mientras que en el grupo de migrantes estas cifras alcanzan 75.4 y 91.5 por ciento, respectivamente.

Aunque se reconoce que el hecho de concluir el tercer grado de secundaria, en las difíciles condiciones en que vive y trabaja esa población, es admirable, el estudio se pregunta si el enorme esfuerzo que hacen los estudiantes y sus familias se traduce en aprendizajes que les permitan mejorar sus condiciones de vida.

El sistema educativo nacional sigue en deuda con las niñas, niños y adolescentes migrantes, no sólo porque no se ha podido garantizar trayectorias de acceso y permanencia exitosas, sino también por el hecho de que los pocos estudiantes que logran acceder y permanecer no logran los aprendizajes esenciales para su desarrollo académico y personal, concluye la investigación.