Moscú. La agenda cultural de la capital de Rusia abrió este año con una magna exposición de uno de los máximos exponentes del surrealismo, Salvador Dalí, pintor, escultor y escritor catalán que nunca puso un pie en este país, tampoco cuando se llamaba Unión Soviética, pero que siempre se inspiró en una mujer de origen ruso, Gala, quien ejerció de compañera, amante y musa.

‘‘Gala se volvió la sal de mi vida, el temple de mi personalidad, mi faro, mi doble, soy yo”, alguna vez describió con estas palabras Dalí la influencia que tuvo en él esta extraordinaria mujer, nacida Yelena Diakonova en Kazán, desde que la conoció en 1929, cuando ella acompañó a su entonces esposo, el poeta Paul Eluard, a Cadaqués, donde vivía el pintor, y hasta su muerte en 1982.

Óleos, acuarelas, dibujos y grabados

Admirado por muchos compatriotas de Gala que lo consideran todo un ícono de una corriente artística que aquí estaba proscrita y cuya obra, tras el colapso del sistema soviético, empezó a conocerse a cuentagotas, Dalí conquista ahora Rusia con Arte mágico, la retrospectiva más completa del genio de Figueras que se haya presentado jamás en suelo ruso.

Recién inaugurada en la prestigiada sala de exposiciones Manezh, el edificio que albergaba las antiguas caballerizas del zar, a unos pasos de las murallas del Kremlin, Arte mágico estará abierta al público hasta el 25 de marzo siguiente.

El principal promotor de traer a Rusia esta exposición, Vladimir Voronchenko, director del Museo Fabergé de San Petersburgo y de la Fundación Enlace de los Tiempos, espera que en esos dos meses asistan cientos de miles de personas, incluso más que quienes disfrutaron, otra iniciativa suya, la muestra de Frida Kahlo y Diego Rivera, en la misma sala, la más visitada de Moscú el año pasado.

La obra de Dalí está muy bien representada en el Manezh y, de acuerdo con Monste Aguer, directora de la Fundación Gala-Salvador Dalí y comisaria de la muestra, abarca todos los periodos del artista, sobre todo la época surrealista, sin descuidar los otros experimentos vanguardistas de quien fuera un gran innovador.

Así el público moscovita podrá ver cuadros que situaron a Dalí –el provocador por antonomasia– en la cima junto con los más grandes pintores del siglo XX, como son Autorretrato suave con tocino frito, El hombre invisible, El sentido de la velocidad, Uranio y melancolía atómica, Cola de golondrina y violonchelo y Elementos enigmáticos de un paisaje.

Con sus 188 óleos, acuarelas, dibujos y grabados –prestados por la Fundación Gala-Salvador Dalí, el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid y colecciones privadas de Rusia, Suiza y otros países–, Arte mágico es equiparable, en calidad y cantidad, a la anterior gran retrospectiva de Dalí que, hace siete años, atrajo a más de 800 mil visitantes al Centro Pompidou de París.