Tijuana, BC., Desde hace dos años Eneida Matute, de Honduras, ruega por ayuda para llegar a Mexicali y rencontrarse con sus cuatro nietos, que se encuentran resguardados en un albergue del DIF municipal de esa ciudad, a partir de que la madre de los menores –de cuatro, seis, ocho y 10 años– cayó en adicciones.

Yo estoy pidiendo ayuda para poderlos repatriar. Ellos son mis cuatro nietos y ella (la mamá) está en Mexicali. La información que yo manejo es que ella ha caído en drogas y a los niños los tiene una institución, dijo desesperada la mujer en una llamada telefónica desde Honduras.

Eneida Matute está en Honduras y no cuenta con recursos económicos para viajar a México y recoger a sus nietos Exciel Damián, Yariel Davían, Yuriel David y Yurem Virgilio Lima Muñoz. Por eso pide a las autoridades que los envíen a su país natal.

Aunque los menores están resguardados por autoridades de protección a la niñez de Baja California a partir de que su madre, Liliana Marisol Muñoz Matute, de 30 años, cayó en adicciones, según narró la abuela de los menores.

Autoridades encontraron a los niños en condiciones de abandono y afectados emocionalmente, dio a conocer José Luis Pérez Canchola, delegado de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

Presentaban nerviosismo y la parte sicológica correspondiente que no ven a la mamá, pero los encontraron abandonados casi en un basurero dentro de un cuarto; ese fue el problema fundamental, fueron examinados y ahorita están bien, explicó.

Informó que la salud de los menores es buena y necesitan confirmar que su madre está ilocalizable para repatriarlos a Honduras con ayuda humanitaria de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Nada más queremos confirmar que la señora –madre de los niños– no está y desapareció, antes de hacer cualquier situación. Porque los niños están en el DIF, están bien, pero primero hay que certificar la desaparición de la mujer para justificar el regreso de los niños, y serían acompañados por personal de la ONU”, precisó Pérez Canchola.

Liliana Marisol llegó a Baja California en la primera caravana migrante de 2018, no logró cruzar a Estados Unidos y cayó en adicciones en Mexicali. Su madre, Eneida Matute, sólo quiere recuperar a sus nietos y saber de su hija para que todos regresen al municipio de Tocoa, Honduras, de donde nunca debieron salir, por lo que insistió en solicitar ayuda para que los vuelva a ver.