Jueves 30 de enero de 2020, p. 31
Mónica es paciente del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez y vive con epilepsia. Aunque toma cinco medicamentos distintos al día, presenta cuatro o cinco crisis convulsivas.
En diciembre, una doctora le dijo que se realizaría un procedimiento para identificar dónde se originan las crisis
, pero no garantizaba mejoría alguna. No importa: no puede pagar los 114 mil 240 pesos que cuestan los materiales (electrodos y cables, entre otros) necesarios para la intervención.
En la consulta del mes pasado, la doctora dio a Mónica el teléfono de una persona, otro médico al parecer, quien hizo la cotización de los insumos que se requieren. La Jornada tiene copia del documento con logotipo de la empresa Neurogama, Bienestar Neurológico, con fecha 26 de diciembre de 2019, el cual especifica que al costo se debe agregar el IVA. El tiempo de entrega es de 20 días, si hay disponibilidad en inventario, y la cotización tiene vigencia de un mes.
Este es sólo uno de los casos de pacientes de ese instituto que se quedan sin la posibilidad de mejorar su salud por falta de dinero, ya que tienen que pagar por insumos o la renta de equipos para cirugía.
Trabajadores de ese nosocomio aseguraron que antes, sólo de manera esporádica se recurría a la renta de equipos, pero se generalizó desde que Miguel Ángel Celis llegó a la dirección en febrero de 2017.
Lo más grave, porque afecta a los pacientes que en su mayoría son de muy bajos recursos, es que hay varios equipos propiedad del instituto guardados por órdenes de los directivos, aseguraron los entrevistados, y para justificar
la participación de la empresa Forefront Médica México, arrendataria de los instrumentos para las operaciones quirúrgicas.
También en esta administración empezó el contrato de subrogación de la farmacia, así como la exigencia a trabajadores y pacientes para que se compre o rente todo a esas empresas. Asimismo, el servicio de expediente clínico electrónico es llevado por un particular, dijeron.
Para Magdalena, mamá de Mónica (33 años), lo que pasó en diciembre ya fue el colmo
. Dijo que pagan las consultas y los estudios de laboratorio e imagen que solicitan en cada cita médica, alrededor de 2 mil pesos, con base en el nivel socioeconómico 2 que se dictaminó en el instituto, pero para la intervención no sirve de nada. Ni siquiera lo mencionó el representante de la empresa Neurogama
, quien envió la cotización de los materiales.
Al ser entrevistada comentó que la epilepsia de su hija empezó cuando tenía seis años. La atendieron en el Hospital Infantil de México Federico Gómez y resentí el cambio cuando pasamos a Neurología. Los médicos no explican nada. Ven los estudios y nos mandan de regreso a casa
.
En octubre de 2018 Mónica ingresó al hospital, supuestamente la iban a someter a una cirugía, pero nadie informó la causa, los riesgos ni los resultados que se esperaban. Estuvo cuatro días internada y luego la dieron de alta sin explicación.