Miércoles 5 de febrero de 2020, p. 29
El subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, Arturo Medina Padilla, señaló que la administración pública local no permitirá que las calles del Centro Histórico sean tomadas por vendedores ambulantes, sobre todo cuando éstos cuentan con espacios y plazas para realizar su actividad.
Tras la protesta que realizaron comerciantes frente al Congreso capitalino, dijo que la apuesta de las autoridades es liberar los acceso a museos, hospitales y edificios públicos de la zona del comercio informal.
Al señalar que el gobierno mantiene abierto al diálogo con los inconformes, el funcionario manifestó que otro de los propósitos de dicho reordenamiento es evitar la comercialización de artículos de dudosa procedencia.
Por ello, subrayó, las autoridades capitalinas han optado por la recuperación del Centro Histórico con una estrategia que consiste en realizar distintas obras para el rescate del espacio público y el reordenamiento del comercio informal.
Medina Padilla recordó que se trata de una zona declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que concentra la historia prehispánica, colonial, independiente y moderna del país.
Aunado a ello, abundó, es uno de los principales destinos turísticos a nivel internacional, por lo que es obligación del gobierno de la ciudad preservarla y priorizar su uso para residentes, peatones y visitantes.
Respecto de las demandas de los ambulantes, el subsecretario expresó que las puertas están y siguen abiertas a todos los que deseen dialogar, pero aclaró que esto se hará con prioridad al respeto de los derechos de los ciudadanos a la movilidad y el disfrute del espacio público.
No podemos permitir que un grupo de personas se apodere de un Centro Histórico que es de todos, menos aún si cuenta con espacios o plazas para el ejercicio de su actividad comercial, proporcionadas por el propio gobierno capitalino y ha sido considerado en las romerías de temporada
, expresó.
También, dijo, el propósito es evitar que en la vía pública se vendan artículos de dudosa procedencia, como teléfonos celulares usados, medicamentos, armas y réplicas, así como bebidas alcohólicas, y liberar el acceso a recintos públicos y sea posible el tránsito y el arribo de servicios de emergencia.