‘‘El gobierno de Jair Bolsonaro ha socavado sistemáticamente las instituciones culturales, científicas y educativas de Brasil, así como la prensa”, denuncian reconocidos integrantes de la comunidad cultural de ese país.

Ayer publicaron un manifiesto en medios internacionales para pedir apoyo contra el ‘‘proyecto de extrema derecha de Bolsonaro”, firmado por creadores, académicos y periodistas brasileños como Chico Buarque, Caetano Veloso, Sebastião Salgado, Petra Costa, Boaventura de Sousa Santos, Arnaldo Antunes, Djamila Ribeiro, Milton Hatoum y unas 2 mil 700 personas más.

Ese documento también ha concitado el apoyo de intelectuales, escritores, actores y cineastas como Noam Chomsky, Willem Dafoe, Ida Vitale, Pilar del Río, Mia Couto, José Luís Peixoto, Marta Dziewanska.

Ahí se pide ‘‘presionar a Brasil para que respete plenamente la declaración universal de los derechos humanos y, por tanto, respete la libertad de expresión, de pensamiento y de religión”.

Impugnan medidas contra las libertades

El manifiesto detalla ejemplos de las medidas en contra de las libertades, como la ‘‘campaña para alentar a los estudiantes universitarios y de enseñanza secundaria a filmar encubiertamente a sus profesores y denunciarlos por ‘adoctrinamiento ideológico’”.

Así como el ‘‘despido del director de mercadotecnia del Banco do Brasil, Delano Valentim, por crear una campaña publicitaria que promovía la diversidad y la inclusión, la cual fue censurada por el gobierno. Más tarde ese año, mientras la selva amazónica de Brasil ardía a un ritmo alarmante, la administración de Bolsonaro tomó represalias contra los científicos que se atrevieron a presentar los hechos”.

Señala que a mediados del pasado enero, Roberto Alvim renunció al cargo de secretario especial de Cultura por la polémica generada por sus ‘‘aparentes alusiones a los principios nazis y frases del propagandista nazi Joseph Goebbels”.

Sin embargo, ‘‘Alvim se limitó a dar voz al proyecto político de extrema derecha de Bolsonaro, que continúa en plena vigencia: una permanente afrenta a la libertad de expresión, justificada en nombre de la cultura nacional.

Censura y recortes presupuestales

‘‘Las instituciones públicas que representan el patrimonio multicultural de Brasil –el Consejo Superior del Cine, Ancine; el Fondo Audiovisual, la Biblioteca Nacional, el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional y la Fundación Palmares para la Cultura Negra– se han enfrentado a la censura, a recortes en la financiación y a otras presiones políticas”.

Destaca el caso de la cineasta brasileña Petra Costa, directora del documental La democracia en peligro, ‘‘que tiene la posibilidad de ser la primera directora latinoamericana en ganar un Óscar. Sin embargo, el secretario de Comunicación de Bolsonaro utilizó recientemente su canal oficial de Twitter para difundir un video que atacaba a Costa como antipatriota”.

Según el documento, ‘‘el gobierno de Jair Bolsonaro está trabajando para revertir varios logros sociales importantes de las últimas dos décadas, incluyendo la acción afirmativa. Bolsonaro y sus ministros desacreditan sistemáticamente a las minorías étnicas y a la comunidad LGBT, ignorando la violencia y la criminalidad de las milicias paramilitares de derecha”.

Ese régimen, sigue el escrito, ‘‘está comprometido en una peligrosa guerra cultural contra amenazas internas artificiales. Niega el calentamiento global y la quema del Amazonas, desprecia a los líderes que luchan por el cuidado del medio ambiente y no respeta la cultura y el cuidado ecológico que llevan a cabo las comunidades indígenas”.