‘‘No somos vándalos, sólo nos expresamos contra la criminalización de la protesta social’’, aclara la creadora escénica Alejandra Sáez Araya en entrevista con La Jornada
Miércoles 12 de febrero de 2020, p. 7
Las movilizaciones en Chile por una nueva Constitución han incluido una intensa participación de los creadores artísticos con acciones en las marchas y la organización de ‘‘cabildos” especializados, refiere la creadora escénica y activista Alejandra Sáez Araya.
El 26 de abril se desarrollará un referendo constitucional en ese país sudamericano. De ganar la opción por una nueva Carta Magna, las elecciones para los representantes se efectuarán en noviembre.
Las acciones artísticas de teatro, música, intervenciones y baile en medio de las manifestaciones muestran que ‘‘los cambios que estamos buscando también son posibles si realmente generamos acciones que los permitan”, apunta la también dramaturga y actriz en entrevista con La Jornada.
‘‘Si bien las artes manejan un lenguaje performativo para intervenir, éste traspasó de los artistas a la ciudadanía completa para manifestarse”, considera Sáez (Santiago, 1990) sobre la forma en que suceden las protestas desde el pasado 18 de octubre.
“Son fiestas culturales. Hay gente que hace tanquetas de papel y se las pone. Personajes como el Pikachú, quien se volvió un emblema de las manifestaciones. La Abueli Matapacos que le pega con un bastón a un carro lanzagua. Estas dimensiones van mitificando ciertos personajes de la marcha pero contribuyen a alimentar el fuego.”
Otra ‘‘forma de protesta muy performativa es trabajar con lo de los ojos mutilados. En una marcha lanzaban pelotas de ping pong con ojos pintados a los carabineros. O muchas personas protestando con el ojo vendado’’.
Comunidad mapuche monta Un violador en tu camino
Para Alejandra Sáez, ‘‘ver a Las Tesis, creadoras del performance Un violador en tu camino, en las calles convocadas por una intervención es creer que efectivamente esos cambios que se piensan, que se sienten son posibles si se llegan a reunir mil mujeres frente al Estadio Nacional”.
Las adultas hacen Un violador en tu camino senior en ‘‘un lugar de memoria porque fue un sitio de tortura. Unas chicas de un colegio católico cambiaron la misma canción y denunciaron abusos de sus profesores y a los maestros como encubridores de los curas que trabajan. La comunidad mapuche realizó la intervención en su lengua mapudungún”.
El colectivo Las Tesis comenzó en Valparaíso las ‘‘barricadas en cemento’’: una semana completa se hicieron una especie de vallas artísticas cortando el tránsito vehicular en dos horarios, a la una de la tarde y a las 19 horas, para que se notara que el movimiento estaba vigente a pesar de que las marchas no eran tan masivas. La primera ocasión, a la mitad de la calle una mujer vestida muy teatralmente puso una mesa y tomó su desayunó.
Con la segunda intervención, ‘‘explota Un violador en tu camino. Luego la reproducen en la comisaría, después en Santiago la hacen en la Alameda, frente a La Moneda. Cuando empezó a girar por todo el mundo, ellas abrieron los derechos de la intervención”.
A la par se organizaron espacios llamados ‘‘cabildos”, retomando los que se habían generado en el proceso de Independencia, cuya finalidad es ‘‘discutir de manera organizada cuáles eran los problemas que tenían todas las personas que se estaban manifestando y cómo podían solucionarlos”.
En el ámbito de la cultura, el importante Centro Cultural Matucana 100 estatal generó un gran cabildo en Santiago: el primero de la culturas y las artes. Llegaron unas 2 mil personas. Casi imposible hacerlo así y se separó por gremios: audiovisuales, artistas, teatro… cada uno empezó a hacer su organización de manera independiente”.
Trabajadores de la cultura están precarizados
Alejandra Sáez explica: ‘‘Nosotros vamos a las marchas, a hacer conciertos, a obras de teatro. No es nuestra única función, también somos trabajadores de cultura y estamos precarizados. Empezamos a conversar y ver cuáles son nuestros problemas”.
En Valparaíso, añade, se originó una ‘‘convocatoria de acción cultural que organiza un cabildo al que asisten muchas personas que tienen que ver con la artesanía, las artes visuales y audiovisuales y las escénicas: danza, teatro y música. De manera inaudita empieza a reunirse este gremio.
‘‘La tradición cultural y política de la artes en Chile está muy relacionada con la movilización. En tiempos de la dictadura muchos buscaron visibilizar o generar movimientos políticos desde las artes. Intervenciones callejeras, lienzos, lanzamientos de panfletos. Desde entonces, la marcha es el lugar de la performatividad, la muestra artística y cultural para darle otra cara a la protesta”, define Alejandra Sáez.
Como la protesta social está muy criminalizada, sostiene, lo que han hecho las expresiones artísticas es decir: No somos vándalos, aquí nos podemos expresar de múltiples maneras
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La creadora escénica refiere que en la red de salas de Santiago se comenzó a remontar funcionesde teatro con entradas muy económicas, a 10 por ciento de su precio. ‘‘Hay montajes de contenido político. Hicieron un festival en emergencia que era una obra diaria en diferentes salas de teatro. La visión del espacio como lugar de resistencia. Por lo general el teatro nunca ha parado. Pero también hay muchas intervenciones no convencionales’’.
Finalmente lo que empuja todo es la marcha. Se dice que ‘‘mientras haya marchas, fuera nosotros tenemos tiempo para organizarnos. Eso es lo que ha permitido que los cabildos sigan mandando”.