En una aldea situada en las montañas aisladas en las profundidades de los Balcanes, vive Hatidze Muratova con su madre enferma. No hay carreteras, electricidad ni agua.

Ella es la última de una larga lista de apicultores, y se gana la vida cultivando miel en pequeños lotes para venderla en la ciudad más cercana, que está a cuatro horas a pie.

Sin embargo, la pacífica vida de Hatidze se ve alterada por la llegada de una familia itinerante, con motores rugientes, siete niños revoltosos y un ganado. Ella cumple con optimismo la promesa de aceptar el cambio con el corazón abierto, pero no pasa mucho tiempo antes de que surja un conflicto que exponga la tensión fundamental entre la naturaleza y la humanidad, la armonía y la discordia, la explotación y la sostenibilidad.

Se trata de Honeyland, largometraje de los documentalistas Ljubomir Stefanov y Tamara Kotevska, quienes ofrecen, con un sorprendente sentido del humor, un retrato duro de vida que desaparece rápidamente y un testimonio inolvidable de la extraordinariaresistencia de una mujer.

Honeyland ya hizo historia. Fue nominada para los pasados premios Óscar a mejor documental y mejor largometraje internacional. Será estrenada en México el próximo viernes.