Documento de Conagua señala cinco entidades con la mayor afectación
Lunes 17 de febrero de 2020, p. 32
Las consecuencias de las sequías que se presentan en el territorio nacional pueden ser desde leves hasta catastróficas. Los estados más vulnerables y que concentran mayor afectación son Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango y Zacatecas. En contraste, cada año afectan al país, en promedio, cinco ciclones y las inundaciones son más frecuentes en Chiapas y Tabasco, advierte el borrador del Plan Nacional Hídrico 2019-2024 de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
De forma cíclica, el país enfrenta sequías que afectan a la agricultura, la ganadería y la economía en general. Durante la época de secas ocurren incendios forestales, los cuales pueden alcanzar proporciones extraordinarias y ocasionar pérdida de cobertura forestal, indica la Sexta comunicación nacional de cambio climático del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
El documento refiere que tan sólo de 1999 a 2017 de los recursos autorizados en el Fondo de Desastres Naturales, 91 por ciento fueron para eventos relacionados con el clima. En tanto, 2010 y 2013 fueron los años con más sucesos de ese tipo; sólo los ciclones Manuel e Ingrid, que se presentaron en el océano Pacífico, fueron los más dañinos, pues dejaron pérdidas por 3 mil 87 millones de dólares.
El borrador plantea un escenario crítico. Estima que 24 por ciento de los municipios tienen una vulnerabilidad climática alta
y muy alta
. Ante la sequía, hay 106 municipios con alta
vulnerabilidad en Baja California, Sonora, Coahuila, Chihuahua, Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Querétaro, Ciudad de México y Guerrero.
Agrega que los graves impactos de las sequías hidrológicas, agrícolas y sociales se relacionan con que hasta ahora no se había orientado a la población, sino meramente a los tomadores de decisiones. Persisten infraestructura inadecuada, contaminación de cuerpos de agua e inoperatividad de las presas de regulación, con escasísimos niveles o se desbordan y no llegan a cumplir su función de forma adecuada. Además, el cambio de uso del suelo sin adecuada planeación territorial da lugar al deterioro de cuencas.
A esto se suma que en condiciones de cambio climático, la mala planeación del desarrollo territorial, que ha provocado asentamientos humanos en zonas de riesgo, hará que los eventos hidrometeorológicos extremos, las sequías e inundaciones tengan impactos en las poblaciones. Señala también que entre 2020 y 2030 se esperan impactos negativos en ríos, lagos, presas, lagunas costeras y humedales. Para finales de siglo, las lluvias tenderán a disminuir hasta en 30 por ciento en los estados del noroeste en invierno y en los del sureste en verano.
Sumado a este panorama, en gran parte del país la extracción de agua subterránea es superior a la recarga, lo que significa que se mina el patrimonio hídrico en aproximadamente 9 mil 500 millones de metros cúbicos por año.
Los acuíferos, que son la mejor forma de almacenar el líquido para enfrentar años secos, se quedan sin reservas debido a que son sobreexplotados para atender la demanda regular, advierte el documento.