Madrid. El campo español está en pie de guerra. Agricultores y ganaderos, pequeños, medianos y grandes, protestaron por los bajos precios de sus productos y la falta de ayuda del gobierno del socialista Pedro Sánchez. En Extremadura y parte de Almería se reportaron bloqueos en las vías de acceso y movilizaciones.

Los trabajadores del campo viven una situación grave desde hace varios meses por la caída en los precios de sus productos, la disminución de ayuda procedente de la Unión Europea (UE) y la falta de opciones para que siga siendo viable su negocio, con especial énfasis en lograr que los distribuidores y los grandes almacenes no se queden con la mayoría de las ganancias en la cadena de producción.

Además, las marchas proceden de las zonas menos pobladas del país y que padecen uno de los problemas más graves de la España contemporánea: la despoblación, que ha provocado que muchas localidades se conviertan en pueblos fantasma.

Se han organizado protestas en Valencia, Madrid, Castilla la Mancha, Castilla y León, Andalucía y Extremadura.

La crisis empeoró a raíz de que el vicepresidente del gobierno español, el líder de Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, y la ministra del Trabajo, Yolanda Díaz, también del partido morado, convocaron a una reunión con productores y de último momento la suspendieron, pero dejaron vigente la presencia de los sindicatos, que son sus aliados.

Ese gesto agravó la situación y todas las críticas se dirigieron contra el gobierno de Sánchez, a quien acusan de no responder a las peticiones de diálogo de los trabajadores del campo, a pesar de que el ministro de Agricultura, Luis Planas, ya mantuvo varias reuniones con los representantes del sector en las que se llegó a la conclusión de que para que sobreviva el campo español será necesario fortalecer las ayudas, tanto locales como europeas.

Los inconformes de Extremadura, una de las regiones con mayor actividad agrícola, cerraron prácticamente todas las carreteras, en lo que fue una manifestación sin precedente en la región. En primera fila iban los agricultores, hombres y mujeres, que en algunos momentos se enfrentaron a la policía aventando productos de sus cosechas.

El origen de las protestas fue precisamente hace cinco semanas en Badajoz, Extremadura, después de una feria agroalimentaria en Don Benito en la que la policía reprimió a manifestantes con saldo de 19 heridos. El sector lleva tiempo exigiendo cambios en las políticas agrarias y ahora también sufre el impacto que ha tenido el aumento al salario mínimo interprofesional aprobado por el gobierno.

Los trabajadores agrícolas anunciaron más manifestaciones.