Jueves 20 de febrero de 2020, p. 2
Madrid. El uso de riñones de donantes infectados con hepatitis C (VHC) permite reducir el tiempo de espera para el trasplante del órgano, así como ahorrar costos, prolongar la esperanza de vida y mejorar la calidad de ésta en los pacientes renales, según mostró un estudio efectuado por profesores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cincinnati (UC) en Estados Unidos, publicado en American Journal of Kidney Diseases.
Este nuevo enfoque médico descubrió que el uso de riñones de donantes con hepatitis C (VHC) para el trasplante en pacientes sometidos a diálisis no infectados con ese virus, que después serán tratados de la infección, podría reducir la espera promedio de un riñón de cuatro años a alrededor de uno y medio, lo que supone una reducción de 61 por ciento del tiempo de espera promedio.
Esto es importante, porque los pacientes en diálisis tienen un riesgo mucho mayor de morir cada año
, señaló el principal autor del estudio, Mark H. Eckman, profesor y director de la División de Medicina Interna General de la UC.
Explicó que los pacientes que reciben hemodiálisis enfrentan una tasa de mortalidad excesiva
hasta de 15 por ciento anual, mientras para los que se benefician de un trasplante de riñón supone 2 por ciento en el mismo periodo.
Si podemos acortar el tiempo que los pacientes necesitan para vivir con hemodiálisis, la supervivencia puede mejorar
, destacó. Según Eckman, en Estados Unidos alrededor de 103 mil pacientes están en lista de espera por trasplante de riñón y en 2018 sólo 4 por ciento lo recibió.
La mayor disponibilidad de riñones con VHC se debe, en gran parte, al aumento en el número de muertes por sobredosis de drogas relacionadas con los opioides, sostuvo Eckman.
Los resultados analizados indican que los pacientes que recibieron trasplantes con un riñón infectado de VHC ganaron casi 10 meses en esperanza de vida, en comparación con los que esperaron más tiempo para el trasplante de un órgano no infectado. Estos parámetros tienen en cuenta los años de vida ajustados por calidad
, que se basan en la duración de la supervivencia del paciente.
Igual, hay un ahorro en costos de alrededor de 37 mil 918 dólares durante la vida del paciente cuando acepta el riñón de un donador afectado.