En México alrededor de 40 por ciento de la población sufre o padecerá en cualquier momento de su vida algún trastorno relacionado con el sueño, principalmente insomnio, somnolencia, ansiedad y depresión, que afectan en su mayoría a la población de mediana edad productiva, coincidieron Rosa María Wong Chew, jefa de subdivisión de Investigación Clínica, y Rafael Santana Miranda, responsable de la clínica del sueño, ambos de la UNAM, durante una serie de conferencias con motivo del Día Mundial del Sueño.

“Uno de los grandes problemas que padece el mexicano es la somnolencia. Tenemos las dos caras de la moneda: la prevalencia de insomnio es muy alta y el porcentaje que es diagnosticado correctamente es extraordinariamente bajo, sin embargo, el caso de la somnolencia se asocia a la causa número uno de muerte en el país, que son los accidentes.

Hay que tener consideraciones con respecto a esto, porque no sólo son los accidentes automovilísticos, sino los laborales, y además existen problemas que tienen que ver con la restricción del sueño que impactan en la productividad, en el desempeño académico, comentó Santana Miranda.

Al respecto Wong Chew aseguró que la población no le da mucha importancia a estos padecimientos, que para algunos especialistas que participaron en las conferencias es un problema de salud pública, ya que impactan en lo social y económico.

En entrevistas luego de inaugurar el acto, Rafael Santana dijo que el insomnio o somnolencia se desarrollan por diversos trastornos. “Las casusas de somnolencia son principalmente por la restricción del sueño que tenemos como sociedad, le damos poca importancia y no dormimos la cantidad de horas que requerimos de acuerdo con nuestro grupo de edad, género o condición, porque hay diferencias entre unos y otros.

Otro motivo son los problemas respiratorios al dormir debido a los ronquidos y apnea (asfixia). Estos se asocian con el desarrollo de enfermedades crónico degenerativas: hablamos de obesidad en donde nuestro país ocupa el primer lugar, diabetes, hipertensión, enfermedades que son muy costosas para el sector salud y que están asociadas con los desequilibrios, así como restricciones del sueño y problemas respiratorios.

Agregó que además la luz de dispositivos electrónicos como celulares, pantallas, laptops y tabletas electrónicas. “La tecnología nos ha facilitado la vida, es una maravilla, pero emana luz que altera nuestros ciclos circadianos –cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ritmo diario, y que responden, principalmente, a la luz y la oscuridad en el ambiente de un organismo– y nos mantiene despiertos.

Y si esa persona que usa el dispositivo está asociado a una red social o video juego que sea adictivo, como muchas de las sustancias más peligrosas que tenemos, pues eso restringe las horas de dormir. No es una cuestión voluntaria o mala higiene del sueño, podemos sufrir trastornos por muchas causas.

Reiteró que si la gente que padezca estos trastornos no se atiende a tiempo, su expectativa de vida disminuirá de manera significativa dependiendo de la enfermedad, en el caso de las cardiovasculares tiene un impacto de hasta dos décadas.