ivimos una pandemia en evolución –dice el virólogo Gustavo Reyes Terán– y es tan dinámica que puede cambiar de un día para otro. Duplica cada seis días la cantidad de infectados. Si tenemos hoy 30 casos, en una semana vamos a tener 60; en dos, 120; en tres semanas, 240, y en cuatro semanas podremos tener 480. Si tenemos 100 casos hoy, en seis días tendremos 200; en 12 días, 400. De manera que en un mes podemos tener miles de casos.”
–El sábado 14 tuvimos 24.
–El sábado, pero ahorita tenemos más. De 24 hemos subido un altísimo porcentaje en tres días.
–¿Qué tan cierto es el rumor de que Estados Unidos cierra sus fronteras porque espera que 50 por ciento de la población se infecte?
–Si no haces absolutamente nada, en México podrían morir cerca de 200 mil personas arriba de 60 años. Nuestro objetivo es aplastar la curva para que la menor cantidad de gente mayor de 60 enferme…
–Pero, ¿te detectan la enfermedad y al cuarto de hora te mueres, Gustavo?
–No, no. Te entuban y te mueres una, dos, tres, cuatro semanas más tarde, dependiendo de tu edad y de la gravedad de tu caso.
Todos los mexicanos, jóvenes y viejos, le debemos mucho al doctor Gustavo Reyes Terán; lo visitamos con frecuencia en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, allá en Tlalpan. Tanto a Monsiváis como a Alejandro Brito, como a mí y a muchos otros amigos y amigas, el sólo verlo nos aliviaba. Risueño, cálido, inteligente, abrazaba con sólo mirarnos. No pasa nada, no te preocupes
. Chaneca Maldonado lo hospedó en su casa en San Jerónimo. Nunca lo he visto sin una sonrisa en su joven carita redonda; a los 88 años es un gran consuelo que te reciba un médico como si te estuviera esperando y no tuviera nada mejor qué hacer que aliviarte de todo. Su ¿Cómo estás?
es en sí un ábrete, sésamo.
Infectólogo oaxaqueño, originario de la Mixtequilla, su posgrado en virología e inmunología en el Instituto de Investigación del Cáncer de la Universidad de California, en Los Ángeles, y más tarde en sus años como profesor honorario en la Universidad George Washington, Reyes Terán destacó como extraordinario virólogo, pero fue su nombramiento como titular y director de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad de México lo que lo convirtió en hombre clave en los actuales tiempos de pandemia.
–Gustavo, ¿cómo podemos salvarnos?
–Son los millenials quienes pueden cuidar a los mayores de 60 años, porque, si ellos se infectan, no tienen ningún problema. Si uno de nosotros tuviera coronavirus y estuviera tosiendo y estornudando, y tú te infectaras, Elena, vas a correr peligro. Si los jóvenes se infectan entre ellos, no habrá ningún problema. Cualquier millenial puede estar tranquilo: si me va a dar una gripa, lo supero, no pasa nada
, pero si se infecta una persona de más de 60 años, el riesgo es grave. Los que están entre 20 y 50 años, por no decir entre los 20 y 40, no corren riesgo (en ese grupo están los millenials), pero entre los mayores de edad el peligro es grande.
–¿La mayoría de edad es la peor enemiga, Gustavo?
–La edad y las enfermedades de cada quien, porque con la edad bajan las defensas y si tienes algún padecimiento crónico, del corazón, del estómago, es imposible contener al virus. Los millenials son importantísimos, no solamente para salvar a los viejos, sino porque son los más indicados para cuidar a sus abuelitos y a los mayores de edad.
–¿Su vida no corre peligro incluso si se contagian? Recuerdo que durante los dos terremotos los millenials dieron pruebas de formidable capacidad de ayuda…
–Por eso mismo te digo: entre los 20 y los 40 años un millenial no pone en peligro tu vida. Ninguna gripa lo mata. Un millenial puede ir al súper a traer lo que necesitan sus abuelos y hacer su vida normal. Un sesentero no debe salir de su casa.
–¿A ningún lado?
–Sólo a lo estrictamente necesario, pero es mejor que alguien lo haga por él.
–Gustavo, ¿lo que le está pasando a nuestro querido país con el coronavirus es de vida o muerte?
–Sí. A los coronavirus se les ha considerado siempre de baja o nula letalidad, una enfermedad sin consecuencias, hasta que en 2002 o 2003 apareció un coronavirus que mató a mucha gente, el SARS, siglas en inglés de Síndrome Respiratorio Agudo Grave. Este SARS atacó primero en China y contagió a muchos países de Asia, incluso llegó a Canadá y a algunos países de América, pero fue controlado porque tenía baja transmisibilidad. En epidemiología tenemos un concepto para explicar las pandemias y las epidemias: el R Cero o R0: significa el número reproductivo básico de un virus. Si yo tengo el virus, ¿a cuántas personas puedo contagiar? El R0 del SARS que apareció en 2002 era muy bajo, por tanto no se transmitía tan fácilmente, y cuando llegó a la cifra de 8 mil y tantas personas infectadas y 774 muertes ahí se quedó, se controló y desapareció.
En 2012 apareció otro coronavirus, después de la epidemia del A/H1N1, el virus de la influenza. Este coronavirus surgió en el Medio Oriente y por eso se llamó MERS, siglas en inglés de Síndrome Respiratorio Agudo de Medio Oriente, mucho más letal. La letalidad del SARS de 2002 fue de 10 por ciento de las personas infectadas. El MERS mata a 35 o 36 por ciento de las personas que infecta, pero en 2012 su transmisibilidad resultó muy baja, no progresó, se quedó confinado y desapareció.
–En 2012, en la Ciudad de México, muchos anduvimos en la calle con cubrebocas…
–Hasta diciembre de 2019 apareció un nuevo coronavirus en Wuhan, China, provincia de Hubei, relacionado con un mercado de animales vivos, exóticos, la gente los compra y tiene una relación muy cercana con ellos.
“Todos los virus que te mencioné antes y este nuevo, SARS coronavirus 2 (porque se parece mucho al SARS 1 de 2002), comparten la misma estructura y provienen en un 80 por ciento del murciélago. Antes de llegar al humano, se hospedan en un animal. En el caso del SARS de 2002 fue una civeta, una especie de mapache; en el caso actual todo indica que es el pangolín, el único mamífero con escamas que se come como comida exótica en el Oriente.
–Pero en México no tenemos ningún pangolín, ni siquiera en el zoológico.
–No, los pangolines están en China y de ahí saltan al humano. El pangolín tiene dos mutaciones: una primera que lo hace brincar a otra especie, y otra segunda, a la humana. Normalmente, cuando el virus salta del pangolín al humano, pierde esa virulencia, pero algo pasó con este virus que adquirió una alta transmisibilidad y es letal.
(Continuará...)