En plena contingencia por el Covid-19, los grandes acaparadores están ocultando el maíz para venderlo más caro, lo que presionará el precio de la tortilla al alza.

Ante esta situación, el gobierno debe emprender acciones para castigar y frenar estas conductas, coincidieron Juan Pablo Rojas Pérez, dirigente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas de Maíz de México, e Isidro Pedraza Chávez, presidente de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) señaló a este medio que no hay justificación para aumentar el precio de la tortilla y llamó a los integrantes de la cadena a que en esta coyuntura sanitaria no realicen malas prácticas que afectan al consumidor final.

Se tienen inventarios suficientes del grano y además está por salir la cosecha más importantes del país: la de Sinaloa, que puede ser de 5.5 a 6 millones de toneladas, pero también están otras importantes, como las de Jalisco, Michoacán, estado de México, Guanajuato, Chihuahua, Guerrero y Veracruz, señaló.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) también aseveró que no hay justificación para que suba el precio de ese alimento, por lo que apeló a la solidaridad de los productores con los consumidores en estos momentos de contingencia.

El Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana anunció que habría un aumento de dos a cuatro pesos en el costo del kilo. Sin referirse específicamente a esa agrupación, la Profeco dijo que una sola organización no representa a toda la industria.

Detalló que en el país hay más de 100 organizaciones en esa industria, que el maíz no ha subido ni el transporte, pues incluso la gasolina bajó de precio.

Rojas Pérezseñaló a La Jornada que los acopiadores compran actualmente en alrededor de 4 mil pesos la tonelada de maíz al productor, y que han llegado a venderla al industrial de la tortilla hasta en 7 mil, por lo que han tenido altos índices de ganancia por los servicios de acopio, mantenimiento y traslado del producto.

Indicó que ahora “tampoco se justifica la cotización exorbitante. Por cada kilo de maíz ellos sacan kilo y medio de tortilla; si ahora compraron el grano en poco más de 5 mil, les cuesta 5 pesos el kilo.

Si les cuesta cuatro pesos hacerla y ponerla en la tiendita, serían de nueve a 10 pesos. Si la venden a 15 y dicen que puede llegar a 20 (en algunas zonas), es una utilidad que ninguna actividad empresarial tiene, así que también los intermediarios estarían lucrando. Sí les están vendiendo muy caro el maíz, pero ellos, ¿qué justificación tienen para incrementar tanto?.

Pedraza Chávez demandó la intervención de las secretarías de Economía, de Agricultura y de la Profeco para frenar el abuso de los coyotes o intermediarios que ocultan el grano en sus almacenes y encarecieron el precio del grano hasta 25 por ciento en el último mes.

La Sader detalló que se producen 22 millones de toneladas de maíz blanco, y de esas, de 11 a 13 millones se destinan al consumo humano directo, donde entra la elaboración de la tortilla.