Covid-19 y mercado laboral // Estados Unidos: primer lugar
l Inegi divulgó ayer los resultados de su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, con información al cierre de febrero pasado, y entre los datos relevantes destaca que la tasa de desocupación creció de 3.4 por ciento al cierre de enero a 3.7 por ciento al concluir el segundo mes del presente año. Además, el indicador de subocupación subió a 9.3 por ciento y el relativo a informalidad laboral se redujo 0.2 por ciento.
Si bien tal medición se dio con el Conavid-19 ya en expansión global, todavía no registra el creciente efecto negativo que la pandemia ha provocado en el de por sí endeble mercado laboral del país –con empresas que dejan de pagar salarios– y, desde luego, del planeta en su conjunto. El panorama nacional e internacional no es nada grato, y de ello da cuenta el reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del que se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
¿En qué medida va a afectar el Covid-19 al mundo del trabajo? Sin duda tendrá una amplia repercusión, y más allá de la inquietud que provoca a corto plazo para la salud de los trabajadores y sus familias, el virus y la consiguiente crisis económica afectará adversamente en tres aspectos fundamentales: la cantidad de empleo (tanto en materia de desempleo como de subempleo); la calidad del trabajo (con respecto a los salarios y el acceso a protección social); y los efectos en los grupos específicos más vulnerables frente a las consecuencias adversas en el mercado laboral.
Las primeras estimaciones de la OIT ponen de manifiesto un aumento sustancial del desempleo y del subempleo como consecuencia del brote del virus. A tenor de varios casos hipotéticos sobre los efectos del Covid-19 en el aumento del producto interno bruto a escala mundial, en varias de nuestras estimaciones preliminares se señala un aumento del desempleo mundial que oscila entre 5.3 (caso más optimista
) y 24.7 millones de personas (caso más desfavorable
), con respecto a un valor de referencia de 188 millones de desempleados en 2019. Con un caso hipotético de incidencia media
, podría aumentar en 13 millones el número de desempleados en el mundo (de los que 7.4 millones corresponderían a los países de ingresos elevados). Si bien esas estimaciones poseen un alto grado de incertidumbre, en todos los casos dejan en claro un aumento sustancial del desempleo. La crisis financiera mundial de 2008-2009 aumentó el desempleo en 22 millones de personas.
Más allá de lo sanitario, la crisis del Covid-19 repercute ampliamente en lo económico y lo laboral, tanto en la oferta (producción de bienes y servicios) como en la demanda (consumo e inversión). Su incidencia adversa en la producción, que al principio sólo afectó a Asia, se ha ampliado a las cadenas de suministro del mundo. Todas las empresas deben afrontar graves problemas, en particular en los sectores de la aviación, el turismo y la hostelería, así como un grave riesgo de disminución de ingresos, aumento de la insolvencia y pérdida de puestos de trabajo en determinadas esferas.
Mantener la actividad empresarial será especialmente difícil para las pequeñas y medianas empresas (Pymes). A raíz de las restricciones de viaje, el cierre de fronteras y la imposición de medidas de cuarentena, en muchos casos los trabajadores no pueden desplazarse a su lugar de trabajo ni llevar a cabo su actividad profesional, lo que merma sus ingresos, en particular en los casos de empleo informal u ocasional. Los consumidores de muchos países no pueden adquirir bienes ni servicios, o son reticentes a hacerlo. Varias crisis, entre ellas la Gran Depresión, han puesto de manifiesto que sólo la aplicación, a gran escala, de medidas políticas coordinadas y eficaces pueden evitar el riesgo de que se produzca un círculo vicioso.
Las rebanadas del pastel
Una Trumpada más: aferrado, el salvaje de la Casa Blanca pregonaba que el Covid-19 sólo “es una gripita”, pero ayer Estados Unidos llegó al mayor número de casos confirmados de coronavirus en el mundo, por arriba de China.