Miércoles 1º de abril de 2020, p. 6
El gobierno de México deberá definir una nueva política cultural cuando pase la crisis de la pandemia del coronavirus para el rescate de sus artistas y creadores, pues hoy es una de las comunidades más golpeadas económicamente, opina el pintor oaxaqueño Max Sanz.
En entrevista con La Jornada explica que Oaxaca, una de las urbes turísticas y culturales más relevantes del país, está en pausa también en cuestión de ventas de arte y encargos que se hacían con frecuencia a muchos pintores locales.
Por ello será vital, añade, que se implementen programas de créditos para reactivar empresas culturales, ‘‘pero sin que sea un fondo perdido, con el fin de que cuando la maquinaria cultural se reactive, el Estado tenga recursos para seguir inyectando donde se requiera.
‘‘En la cultura habrá un antes y un después de la epidemia en términos económicos, por eso no pueden continuar las mismas políticas. Por el momento, algunas galerías tienen planes de contingencia, ofrecen a los compradores facilidades de pago o descuentos de tal manera que también los artistas no quedemos desprotegidos, pero sabemos que cuando pase la contingencia difícilmente habrá flujo de ventas.
‘‘Todo se paró de golpe y se tiene que entender que una cosa son las políticas culturales de un país y otra el día a día de un artista. Por eso será necesario que todas las secretarías de Cultura estatales y la federal se replanteen desde ahora cómo será el rescate del gremio artístico, el sector más golpeado.Éste puede ser un buen escenario para impulsar la empresa cultural, cambiar de una vez por todas la noción del paternalismo donde se dan recursos a fondo perdido y comenzar a planear inversiones de dinero que generen un capital para que los artistas con ese impulso después ya no dependan de apoyos, sino con su misma empresa, que es su arte, tenga sustentabilidad.”
Inyectar capital a la cultura
Sanz y otros colegas tenían programadas para las próximas semanas exposiciones y subastas para seguir apoyando en Oaxaca la reconstrucción de viviendas dañadas por los sismos de 2017. Nada hay confirmado. Insiste en que cuando se supere la crisis, ‘‘las personas no van a destinar inmediatamente dinero a la compra de arte. Por eso serán necesarios planes emergentes de rescate e inyección de capital a la cultura, porque si no, muchos artistas e iniciativas que ya estaban en marcha van a perecer”.
Varios pintores oaxaqueños lanzaron un video para incentivar a las personas a quedarse en casa, pues ellos realizan su principal labor en sus talleres, continúa Sanz.
‘‘Muchos estamos dedicados a dejar un testimonio de lo que sucede; estoy haciendo la serie Paisajes del nuevo mundo, en la que planteo: ‘después de esto, ¿qué sigue como humanidad?’”
El pintor impulsa en Oaxaca una iniciativa ciudadana para colocar en las tiendas de autoservicio alcancías y dejar propinas a las personas de la tercera edad que trabajan de empacadores y no acuden a laborar en acatamiento de las medidas de prevención por el coronavirus.
‘‘Poco o mucho, es de gran ayuda ese recurso para ellos. Ojalá como sociedad tuviéramos sensibilidad para apoyarlos. Como ciudadanos podemos impulsar la propuesta, pero a quien corresponde consolidarla es al gobierno del estado.”
–¿Qué imagina que pasará cuando termine la crisis?
–Tendrán que permear más los valores de unidad y respeto en la nueva humanidad que nos deje la pandemia.