Tepic, Nay., Hombres y mujeres se forman por horas en espera de que algún empleado de la casa de empeño les haga el avalúo de las prendas que llevan para obtener un préstamo que les ayude a solventar los gastos por el cierre de negocios debido a la contingencia sanitaria y la prohibición a los vendedores ambulantes que permitían obtener el sustento diario que ha dejado indefensas a miles de familias.

Mientras la fila crece, los punteros colocan en el mostrador joyas, zapatos, tenis, bolsos de mano, teléfonos, relojes y otros artículos; luego, los dependientes les dicen el monto a prestar y si no les conviene buscan otro negocio similar en busca de más dinero.

Un trabajador de la casa de empeño comentó que el viernes empezaron a tener más pignorantes, consideró que 95 por ciento de las personas que han acudido van a empeñar llevan celulares, relojes y joyas.

Comentó que las autoridades piden que se cierren negocios no esenciales, pero consideró que las casas de empeño deben permanecer abiertas porque para muchas personas el dinero que éstas les presta les servirá para comer y eso sí es esencial.

Bienes, por comida

Una joven, vecina de la colonia Dos de Agosto llevó una esclava de oro, le dieron mil 200 pesos, ella aceptó. Me costó 4 mil pesos, pero el viernes en la noche gasté mis últimos 50 pesos, compré un litro de leche, un sobre pequeño de café y unas galletas para que mis dos hijas y yo cenáramos.