Cuando, en 2016, presentaron Las analfabetas, en La Teatrería, ni Gabriela de la Garza ni Dolores Heredia supieron que la función estaba siendo grabada; tampoco esperaban que esta obra fuera transmitida en Internet como opción durante el confinamiento por el Covid-19.

El montaje del chileno Pablo Paredes, dirigido por Paulina García, fue liberado la noche del domingo por De la Garza desde su cuenta en Instagram y se podrá ver hasta el 12 de abril en https://vimeo.com/172352454.

De la Garza dijo en esa red social: Hago un llamado para que cuando podamos abrazarnos de nuevo, vayan y atiborren todas las salas, porque necesitaremos mucho más al público. Pensemos en el siguiente proyecto; esto ya cambió y habrá que proponer nuevas formas de hacer arte.

A su vez, Heredia comentó: Estaba nerviosa por esto de usar la tecnología, con una obra que hicimos hace tiempo, y no sabíamos que estábamos siendo grabadas ni imaginábamos la posibilidad de que en algún momento se fuera a transmitir y la podría ver un montón de gente. Es algo raro; nos estamos enfrentando a una manera muy particular de compartir y tratar de entretenernos, estrenando esta nueva manera de comunicar.

Durante las emergencias, los artistas somos quienes tenemos la capacidad para adaptarnos, lo cual se necesita en estos momentos porque no se sabe lo que va a venir, y si no tenemos una enorme capacidad de hacerlo y de transmitir este pensamiento, nos va a llevar Pifas. Van a necesitar de nosotros, vamos a necesitar de nosotros; son tiempos difíciles. Tendremos que llenar muchos huecos que van a quedar vacíos, expresó Heredia en una charla en línea que sostuvo con De la Garza.

El teatro es vivo, se percibe dentro y fuera del escenario

Agregó: El teatro es vivo; se percibe la vida tanto dentro como fuera del escenario. Esta obra me regresó la pasión y el amor que siento; la razón por la que sigo aquí.

El montaje comienza en un ambiente oscuro. Durante dos minutos sólo se escucha la voz de Ximena (Dolores Heredia) y, de manera paulatina, se ilumina el escenario, tras lo cual ambas mujeres ofrecen una serie de reflexiones sobre el arte, la cultura, la sociedad y la educación.

En escena, Ximena es una adulta analfabeta, concepto que tampoco agrada al personaje, pero intenta –con mucha reticencia– aprender a leer y escribir bajo la tutela de Jacqueline, una joven y entusiasta maestra (De la Garza).

Ximena, a quien le gusta enterarse por las noticias que se publican en los periódicos, expresó: Es una mierda ser analfabeta; si la palabra, nada más de oírla suena feo, como una grosería, cómo no va a ser feo verla escrita.

Los personajes se interrelacionan para dejar ver sus anhelos, tabúes, frustraciones y deseos hasta develar que también existe un analfabetismo emocional y sentimental, pero a la alumna aún le falta leer una carta escrita por su padre, que había permanecido intacta y gracias al apoyo de la maestra, por fin, conoce el contenido.