La importancia del consumidor
uando se controle al coronavirus, la recuperación de la economía dependerá de los consumidores. Por ahora, la mayor parte de la población dejó de adquirir todo tipo de bienes y servicios, por lo que ya se presenta una fuerte recesión.
Es de vital importancia el consumo porque de eso dependen las empresas. Sin embargo, la mayor parte de analistas y políticos están más preocupados por la caída de la producción y de las inversiones y no por la caída de las ventas; pero los empresarios no realizarán nuevas inversiones y contratarán a más personas hasta que se reactive el mercado.
Imagine usted dos casos sencillos: la fonda de la esquina y el pequeño vendedor de artesanías. Si no hay consumidores que compren una torta, una comida corrida o una muñeca de trapo, ambos microemprendedores no tendrán dinero para hacerle frente a sus necesidades, por lo que quebrarán y se quedarán sin empleo.
La caída del consumo se presenta en todo el mundo, lo que ha generado millones de personas que han perdido su trabajo. En el caso de Estados Unidos el deterioro del empleo no tiene precedente. Las peticiones iniciales del seguro de desempleo en semanas recientes evolucionó de la siguiente manera: el 14 de marzo 282 mil personas se inscribieron en este seguro, el 21 de marzo esa cantidad se multiplicó por 11, al llegar a 3 millones 307 mil y para marzo 28 la cifra se duplicó al situarse en 6 millones 648 mil personas que se quedaron sin trabajo, niveles nunca vistos en Estados Unidos.
Los desempleados y el resto de la población resguardada en sus casas redujeron su consumo a niveles mínimos, lo que generará nuevos despidos y quiebras empresariales. Por ello, para evitar más pobreza, además de controlar la pandemia, lo que urge es que la gente compre todo tipo de bienes y servicios.
Sin la reactivación del mercado, la recesión puede durar dos o tres años, con lo que aumentará el desempleo y la pobreza y muchas familias no contarán con los recursos suficientes ni siquiera para adquirir los productos básicos para su subsistencia.
Es muy probable que ante la epidemia del coronavirus, en la que la población mundial compra pocos bienes y servicios, se produzca la recesión más profunda del mundo moderno.