Martes 14 de abril de 2020, p. a10
Todos los días, Alejandro Landa acaricia su raqueta. No lo hace por sentimentalismo, sino en una mezcla de frustración y tristeza. El mexicano es el número dos de la clasificación mundial del tour profesional de raquetbol, pero los tres torneos finales, en los que podía aspirar al título, prácticamente será imposible disputarlos por la pandemia de coronavirus.
Alejandro da por perdido lo que resta de la temporada. Desde El Paso, Texas, donde radica desde hace años, vive entre el aislamiento preventivo –en un país que decretó desastre mayor por la pandemia–, la poca actividad del negocio familiar y las limitaciones para mantenerse en forma lejos de las canchas.
No tiene sentido pensar que vamos a jugar lo que falta de la temporada
, plantea Alejandro; si no podemos entrenar, ya no podemos jugar lo que falta; hago ejercicio en casa, pero nadie tiene una cancha de raquetbol privada, no hay manera de entrenar así
.
Desde la quietud de la cuarentena, Landa hace cálculos sobre su actividad deportiva y piensa que pronto se anunciará la finalización de la temporada, por lo cual el título y la clasificación serán los que actualmente se tienen en el tour.
Lo más probable es que sea finalizado
, indica; “quedaré en el segundo lugar del ranking mundial, pero tenía posibilidad de pelear por el primero, de cualquier modo fue una buena temporada y he terminado en un estupendo lugar, soy el mejor mexicano de la clasificación”.
Mientras hace cálculos sobre la temporada, a su alrededor subsiste una ciudad fantasma. Pocos autos circulan y sólo hay gente temerosa de contagiarse en los supermercados. Alejandro se concentra en apoyar el negocio de la familia, que ha disminuido hasta 60 por ciento sus ventas.
Han bajado las ventas drásticamente
, lamenta; pero mi otro trabajo es el raquetbol, donde también tenía ingresos por patrocinadores y premios por participar en los torneos y terminar en buenos lugares, sin embargo, esa entrada económica la he perdido por ahora
.
Antes de la pandemia, Alejandro cruzaba a Ciudad Juárez para entrenar con sus compañeros mexicanos. Ahora con los cruces interrumpidos y el aislamiento, sólo puede concentrarse en el análisis de videos de competidores o de sus propios juegos.
El panorama inmediato es como el de todas las actividades internacionales: incierto. El Mundial de raquetbol, que se jugaría en San Luis Potosí, fue cancelado y se espera su reprogramación. Landa jugaría representando a Estados Unidos, una circunstancia que de cierto modo le duele.
Alejandro mantiene una disputa legal contra la Federación Mexicana de Raquetbol, pues le arrebataron el derecho ganado para competir por México en los pasados Juegos Panamericanos. Al ser despojado de ese boleto que ganó en el campeonato nacional, renunció a jugar como tricolor.
Soy orgulloso mexicano
, señala Alejandro; pero la federación me quitó mi derecho legítimo de representar a mi país; ahora lo hago por Estados Unidos y deportivamente quiero vengarme de México
.