Jueves 16 de abril de 2020, p. 4
El escenario de los pueblos nahua, me’phaa y nu’savi de La Montaña guerrerense se complicó por la pandemia a partir de marzo, al truncarse la llegada de dinero enviado desde Estados Unidos por los trabajadores migrantes, siendo que para numerosas familias se trata del principal ingreso económico
, declaró a La Jornada, vía telefónica, Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, con sede en Tlapa, Guerrero.
Sin embargo, el aspecto más dramático es la situación de los migrantes, particularmente en Nueva York, donde han fallecido 14 personas, la mayoría jóvenes, a causa del Covid-19. De estos casos, 11 están plenamente documentados. La situación de sus familiares y compañeros allá es dramática. Tanto, que Tlachinollan solicitó la intervención de Julián Escutia Rodríguez, director general de Protección a Mexicanos en el Exterior.
¿Cómo van a tener dólares para enviar, con los gastos médicos de quienes han enfermado (en número desconocido) y, peor, los gastos de cremación de los fallecidos, que varían de mil 700 a 3 mil dólares, y eso, si consiguen lugar en alguna de las saturadas funerarias de la Gran Manzana? Los hospitales dan a los familiares un plazo de cinco a 10 días para conseguir y pagar el servicio crematorio. De lo contrario, los cuerpos serán remitidos a la fosa común.
En un doloroso testimonio, Reyna, la esposa de Ángel, originario de Chimaltepec, municipio nu’savi de Alcozauca (de donde procedía el mayor número de indígenas fallecidos), expresa: Vivir en Nueva York en estos momentos del coronavirus es un gran sufrimiento, porque no existes para nadie. No hay una persona que te atienda. Cada quien está encerrado como en una cápsula. Todo mundo busca cómo sobrevivir y protegerse de los demás
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Antes de ser trasladado al hospital Monte Sinaí y desaparecer de sus vidas, Ángel cohabitaba con nueve personas, dos al menos ya con síntomas y sin ninguna atención médica.
Barrera destaca que se trata de personas de 24, 30 o 40 años principalmente, que forman parte de las muertes invisibles
que se tragan las estadísticas bajo el rubro de latinos
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Cinco fallecidos, tanto nu’savi, nahuas o me’phaa como mestizos procedían de distintas comunidades de Alcozauca, dos de Tlapa, dos de Alpoyeca, uno de Acatepec, otro de Xochihuehuetán. Tres más no se ha logrado comunicación con sus acompañantes.
Un temor creciente es que el número de infectados aumente en los próximos días. Ellos son, dice Barrera, “los primeros afectados por las políticas migratorias.
¿Qué pasará con quienes convivían con los difuntos?
Residentes de Manhattan, Queens, Bronx y otros condados del estado de Nueva York, ellos y sus compañeros laboraban en restaurantes, comercios e incluso el campo. La mayoría perdió el empleo, y enfrentan ya la dificultad de pagar sus rentas en mayo, además del gasto diario.
En su carta a la cancillería, Tlachinollan indica que varios grupos no han logrado comunicarse con el consulado mexicano, y buscan un contacto seguro que les ayude a resolver el problema económico que enfrentan
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Jóvenes indígenas que salieron de sus comunidades en busca de un trabajo mejor remunerado, algunos carecen de documentos o no hablan inglés. Tlachinollan expone a Escutia Rodríguez: Sus familias en la Montaña son muy pobres, al grado de que dependen económicamente de las remesas. Ahora la situación se ha agravado por el confinamiento que se vive en la ciudad de Nueva York y por el contagio que se ha dado entre los paisanos, al grado de que está costando la vida de varios de ellos
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