El agua potable en la colonia La Estación, de la alcaldía Tláhuac, se defiende con la vida, advirtieron vecinos de la calle Nativitas, quienes ayer se toparon con un grupo de jóvenes que a punta de pistola intentaron llevarse una pipa que surtía los hogares.

Estos colonos comenzaron el aislamiento decretado para evitar la propagación de Covid-19 con escasez y, tras 15 días de padecer por agua, no les importó que los pandilleros estuvieran armados y los increparon.

Los vecinos comentaron que han vivido con sólo 50 litros a la semana para el aseo, por lo que ese líquido se reutiliza el mayor número de veces antes de llegar al drenaje: somos los más recicladores, se autodefinieron; por eso, al escuchar los silbatos de alerta durante el reparto, más de un centenar de personas salió y olvidó la cuarentena.

Los habitantes de dicha colonia, ubicada en los límites entre Tláhuac e Iztapalapa, manifestaron que ya habían sido amenazados por un grupo de chamacos en motoneta que andan armados y vigilan las garzas para robarse las pipas.

Relataron que el pasado martes, tras 15 días sin agua y con la pandemia, acordaron salir del confinamiento para ir a buscar un carro tanque a la garza que se ubica en Cuemanco.

Ahí nos encontramos con varios sujetos a bordo en motonetas y nos amenazaron, pero como había muchas pipas pudimos traernos sólo una, relataron los vecinos, quienes se dicen estar temerosos de ser identificados porque el grupo de sujetos, que según ellos delinquen, es de la zona.

▲ En esa zona es común el secuestro de pipas, pero es la primera vez que se sabe del uso de armas.Foto La Jornada

Pese a que se notificó a la alcaldía Tláhuac del amago y el robo de pipas en varias colonias, el camión cisterna llegó ayer sin vigilancia; había abastecido a poco menos de la mitad de usuarios cuando dos jóvenes interrumpieron el reparto y exigieron al chofer salir de la colonia.

Fue entonces cuando se escuchó el sonido de los silbatos. En pocos minutos más de 100 personas salieron y lograron someter a uno de los sujetos para que bajara el arma, pero su acompañante pidió ayuda por teléfono y llegaron varios jóvenes a bordo de motonetas, quienes al verse superados numéricamente por los colonos se marcharon, pero con la advertencia de que regresarían.

Durante la confrontación hicieron llamadas de auxilio al 911 y al director de obras en Tláhuac, Ernesto Romero, sin tener respuesta; los policías llegaron después y sólo estuvieron unos momentos, al igual que la patrulla que nos iba apoyar con vigilancia, lamentaron los quejosos.

Tras la riña, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México aseguró que por solicitud de los vecinos desde ayer comenzó el acompañamiento y resguardo de los camiones.