Domingo 19 de abril de 2020, p. 25
Las zonas de bares y restaurantes de las avenidas Acoxpa, Insurgen-tes y Tlalpan quedaron en penumbras. Unos cuantos anuncios con luces de neón rememoran el bullicio y ambiente que, no hace menos de un mes, se vivía en estos giros, ahora cerrados para evitar la propagación del Covid-19.
Los establecimientos que intentaron mantenerse en operación ya bajaron las cortinas también, ante la ausencia de sus clientes.
A las ocho de la noche del pasado viernes, los pocos negocios que ofrecen comida para llevar ya se disponían a cerrar.
El acceso está restringido, con cintas que acordonan la entrada para impedir el paso. En algunos negocios las mesas no tienen sillas, todas fueron apiladas en hileras y la escena es recurrente en los pocos establecimientos donde se habilitó el servicio a domicilio.
Apenas se distinguen algunos letreros de restaurantes y bares sobre Insurgentes, como Wanted Burgers, Beerplay, Womans Club, La Chilanguita y otros.
En la avenida Acoxpa, con música a todo volumen, Criminal Wings sobresale por la luminosidad de su espectacular con letras rojas y por ser el único aún actividad cerca de las 22 horas en el tramo entre Tlalpan y Prolongación División del Norte.
En la Condesa, la Roma y la Zona Rosa, la misma desolación. Cervecerías, tequilerías, restaurantes y bares ya no abren. Esos jóvenes formados en espera de poder entrar a un antro, franeleros disputando la vía pública, niños y mujeres que ofrecen dulces y cigarros, los taxistas a quienes era habitual encontrar en la avenida Tamaulipas, ya no estaban ayer, desaparecieron.
En la obscuridad de la noche y sin ningún anuncio luminoso que identifique a los bares que operaban sobre la calzada de Tlalpan, apenas se distingue, entre Xola y el Eje 7 Sur, Emiliano Zapata, un sinnúmero de cortinas metálicas.
En la estación del Metro General Anaya se ve abierto Yardis, que también reporta malas ventas
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La vida nocturna en la Ciudad de México se interrumpió. Todo está cerrado en la Del Valle, Narvarte, Coyoacán, Plaza San Jacinto e incluso en el Eje Central.
En la calle de Querétaro, el Mama Rumba cerró. Lo mismo el Sixties bar, que se promueve como la esquina del rock.
En la calles de Amberes y Génova en la Zona Rosa, un joven que vende hot dogs hace más de un año y que siempre recoge su puesto a las 5 de la mañana, a las 10 de la noche ya estaba lavando los utensilios donde lleva el jitomate y los chiles, pues, dijo, las ventas son muy bajas.
José, quien también vende hot dogs, frente al Ángel de la Independencia, señaló que en día de quincena vendía unas 100 salchichas, pero ayer, después de la media noche, llevaba apenas 16, con lo que no recupera ni la inversión del día.