La euforia en las arenas y los estadios es la sangre que le da vida al deporte. El campeón supergallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Rey Vargas, recuerda con nostalgia el papel que imprimen los asistentes a cualquier espectáculo competitivo, lo hace con la certeza de que, al menos por varios meses, eso será un recuerdo de una época de oro. Con el mundo paralizado por la pandemia de coronavirus, la posibilidad de que a mediano plazo los actos masivos ocurran sin espectadores es cada vez más alta.

Estados Unidos, uno de los países con más estragos por la pandemia, ha advertido a su población que ese tipo de actividades pueden tardar en regresar y cuando esto ocurra será bajo controles estrictos que nunca hemos visto, entre ellos la ausencia del público.

Yo estoy dispuesto a pelear en arenas vacías con tal de volver a trabajar, dice Vargas, quien tenía planeado regresar al cuadrilátero en esta época; la pandemia me ha pegado muy fuerte, no sólo a mí como boxeador, sino también a mucha gente que estaba ligada a mi trabajo, una cadena que se rompió conmigo.

Vargas sostenía un negocio local en Otumba, estado de México. Un gimnasio al que acudían niños y jóvenes para aprender boxeo, pero que ha cerrado por indicaciones de las autoridades. Ocurre durante un proceso de ampliación que exigió la inversión de gran parte de su capital.

El golpe que recibí también alcanza a la gente que trabaja conmigo, cuenta Vargas; desde quienes me ayudan en el gimnasio, hasta los albañiles y herreros que trabajaban en la obra, y desde luego todo mi equipo de boxeo: nutriólogo, médico, entrenador, en fin.

Por eso Rey Vargas celebra que se pueda volver en cuanto sea seguro, no importa si es en arenas y estadios vacíos. Un escenario que aún ve lejano, pues la actividad del boxeo de campeonatos se realiza principalmente en Estados Unidos.

Todo en silencio

Pienso en cómo va a ser regresar a pelear, imagina Vargas; todo en silencio, sólo los gritos de las esquinas de los boxeadores, el sonido del cuero de los guantes al golpear, pero toda la arena en silencio, va a ser muy extraño al principio.

No importa, asume Vargas, porque lo que urge es volver a generar ganancias. Pronto será urgente encontrar medios para allegarse recursos mientras sigue esta cuarentena y se reactiva la industria del deporte y el entretenimiento.

Como sea la puedo llevar por ahora, admite Vargas; pero si tarda mucho en regresar la actividad, la situación se va a poner crítica, boxeador o no, si no llega dinero esto se va a hacer más difícil.

Al inicio de enero de 2020, Vargas anunció con emoción que había firmado con la empresa estadunidense PBC y este año anticipaba una etapa de mucha actividad en su carrera y con grandes proyectos sobre el cuadrilátero. Como a todo mundo, en meses la realidad se le trastocó y ahora lo recuerda con cierta ironía.

Esta pandemia nos agarró mal parados a todos y ahora el escenario es uno que ni imaginábamos a principio de año, pero trato de ser positivo por mí y por toda la gente a mi alrededor, concluye.