Lunes 20 de abril de 2020, p. 31
Villahermosa, Tab., El contagio de Covid-19 de al menos 12 trabajadores de la clínica 43 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en la capital tabasqueña, ha provocado que el resto del personal trabaje con temor a infectarse, pues aseguran que no cuentan con equipo adecuado para protegerse.
El equipo médico explicó a La Jornada que dos de los afectados son la directora, Jenny Campos García, y el jefe de enseñanza de la unidad de medicina familiar del nosocomio, Abel Pavón Medina, quienes, a pesar de que deberían estar en aislamiento domiciliario siguen acudiendo al hospital.
Trabajadoras sociales, intendentes y especialistas de otras áreas tienen temor, angustia y desesperación
, pues el módulo respiratorio estaba dentro de esa unidad, informó María Guadalupe Calderón Tuz.
Además de los dos funcionarios de alto nivel, cinco médicos y cinco enfermeras también se han contagiado y fueron enviados a guardar cuarentena.
El personal de la clínica también denunció que sólo a los jefes y mandos medios se les autoriza hacerse la prueba del Covid-19 en el laboratorio, mientras al resto se lo niegan.
Todos corremos riesgo, aunque estemos en otras áreas, pues el módulo respiratorio en donde atienden a los pacientes contagiados estaba dentro del hospital; apenas lo trasladaron al teatro del IMSS
, precisó Calderón Tuz.
Los quejosos aseguraron que Miguel Ángel Medina, jefe de prestaciones médicas, está enterado de la situación, pero niega equipo de protección a los galenos que no están asignados al módulo respiratorio. “Ni siquiera nos dan el material básico para esta emergencia, pues argumenta que no nos vamos a infectar.
Los cubrebocas y las batas que portamos nosotros los compramos, ante el temor de adquirir la enfermedad, pero en el IMSS no nos apoyan con lo necesario
, aclararon.
Personal de la clínica 43, ubicada en la avenida César Sandino, comentó que el brote de coronavirus se dio luego del 19 de marzo, cuando médicos y enfermeras atendieron sin equipo de protección (se los negaron e incluso amenazaron con sancionarlos) a una camarera que presentaba cefalea y rinorrea y resultó positiva.