Atendió tarde el exhorto, dicen trabajadores
Lunes 27 de abril de 2020, p. 32
Matamoros, Tamps., Una fila de trabajadores apura el paso para salir de Joerns JHC de México. Minerva, empleada del primer turno, más que caminar quisiera volar para alejarse de esa planta en Ciudad Industrial, donde después de que cinco de sus compañeros fueron confirmados como positivos por Covid-19, la autoridad sanitaria aceptó cerrar las instalaciones.
Considerada esencial, por fabricar equipo no electrónico para uso medico, dental y de laboratorio, la maquiladora atendió de manera tardía el llamado de sus 400 obreros de parar la producción cada que veían cómo sus compañeros de línea tenían síntomas de coronavirus.
Apenas el 16 de abril los casos sospechosos pasaron a positivos, e inspectores de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) acudieron a cerrar la planta ubicada en la calle General Pedro Hinojosa, en uno de los cuatro parques industriales de la ciudad fronteriza de Matamoros.
Todos queríamos salir de ahí, pero si lo hacíamos nos acusarían de abandono de trabajo y podrían corrernos; entonces debimos esperar, con pánico de enfermarnos, pues mucho del material estaba contaminado, pues lo tocaron los compañeros sin protección porque ni un cubrebocas nos daban
, relató Minerva, quien, junto con sus tres hijos vive en la colonia Campestre del Río, vecindario de trabajadores fundado hace 30 años en las márgenes del río Bravo.
Mientras los obreros de Joerns contagiados permanecen bajo aislamiento en sus viviendas, sus compañeros pasan la cuarentena en casa, adonde los mandaron con el ciento por ciento de su salario, una suerte que no todos tienen en Matamoros, como revela Juan Villafuerte Morales, dirigente del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora (SJOIIM) que tiene contrato colectivos con 45 de las 70 empresas que operan en esta localidad limítrofe con Brownsville, Texas.
El organismo sindical pidió la intervención federal para que tras el decreto de emergencia sanitaria inspectores supervisen que las empresas no esenciales envíen a sus trabajadores a casas.
El miedo en sus rostros
En las últimas semanas, miles de obreros acuden a las plantas a trabajar con el miedo en sus rostros. Y no es para menos: en Matamoros la enfermedad ha cobrado la vida de 7 personas, y con 75 casos confirmados se mantiene como puntero estatal de infectados en Tamaulipas.
Se enviaron dos exhortos a la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) para intervenir ya que las maquiladoras y sus abogados hacen una interpretación del decreto y no quisieron parar, por mas que nosotros como sindicato insistimos hasta que poco a poco fueron cerrando, con excepción de 6 o 7 que a la fecha tienen a 3 mil 500 compañeros laborando
, señaló Villafuerte Morales.
Sólo después de que el SJOIIM pidió la intervención federal y culpó a las fábricas de los contagios de obreros y sus familias las naves comenzaron a cerrar, aunque 20 siguen abiertas, entre ellas la estadunidense Avant, dedicada a la fabricación de computadoras y equipo periférico.
La gerencia aprobó un bono emergente de mil pesos por semana, extras al salario, para los 500 trabajadores que asisten y arriesgan su vida; sin embargo el descontento en la planta laboral se pone de manifiesto y este fin de semana con un video compartido en redes sociales convocaron a un paro laboral pues exigen estimulo de mil 500 pesos.
A la negativa de gerentes de una veintena de plantas para acatar el decreto federal de emergencia sanitaria se suma la complicidad de inspectores federales de la STPS y funcionarios de la Coepris, que tienen facultades para cerrar las naves, donde hacinados y sin medidas de seguridad e higiene permanecen miles de trabajadores por turnos mínimos de 10 horas diarias, pero no lo hacen. Roberto González Barba, titular de la Coepris en Matamoros, responsabiliza a la STPS de tal circunstancia.