Superada la primera oleada, tal vez se requiera el distanciamiento intermitente, sostiene la experta
Miércoles 6 de mayo de 2020, p. 4
La posibilidad del colapso de los sistemas de salud está latente, aun en los lugares donde las medidas de mitigación tengan buenos resultados. Además, después de la primera oleada
, tal vez será necesario aplicar medidas de distanciamiento intermitente
y por regiones, con base en la información –que debe ser puntual– acerca de la transmisión del virus y el aumento de la demanda en los hospitales, advirtió Zulma Cucunubá, investigadora del Centro de Análisis de Infecciones Globales en Imperial College de Reino Unido.
La especialista reconoció que la vigilancia epidemiológica siempre es imperfecta
, aunque es uno de los principales elementos para el diseño de modelos matemáticos que predicen el futuro de las epidemias. Explicó que en el caso del Covid-19, los especialistas se enfrentan a un virus del que todavía se conoce poco y en varios aspectos es impredecible.
Esto se debe tener presente al momento de elaborar modelos matemáticos, sobre todo cuando se busca estimar la letalidad, es decir, la cantidad de personas que morirán respecto del total de enfermos.
Cucunubá, doctora en epidemiología, participó ayer en un seminario para periodistas organizado por la Fundación Gabriel García Márquez. Ahí afirmó que las pruebas de detección son uno de los insumos principales y mientras más se practiquen es mejor, pues al identificar más casos moderados e incluso asintomáticos, las predicciones son más puntuales y el índice de mortalidad se reduce.
En cambio, con pocos estudios de laboratorio se obtiene artificialmente una letalidad más alta. Por la misma razón, no es fácil hacer una comparación entre países que tienen políticas diferentes de seguimiento de la pandemia.
Señaló que con los modelos se puede predecir el comportamiento de la curva epidémica entre entidades de un mismo país, como se hizo en China para el Covid-19. Ahí se identificó que el riesgo de morir en personas menores a 60 años de edad es de 0.32 por ciento, pero se duplica (0.64 por ciento) en quienes tienen más de esa edad.
Dijo que las medidas de distanciamiento social son útiles para aplanar la curva
, lo cual significa que durante 14 días seguidos se observe una estabilización y progresiva disminución de nuevos casos.
Explicó que los epidemiólogos han logrado elaborar sus modelos haciendo ajustes de datos y decesos, con el fin de obtener proyecciones muy cercanas a la realidad. Con base en dichas estimaciones, Cucunubá planteó que cuando concluya la primera ola epidémica, no está claro si la inmunidad que generen las personas que se infectaron y se recuperaron será suficiente para proteger a las poblaciones en el largo plazo.
De ahí la importancia de mantener estrictos sistemas de vigilancia epidemiológica que informen sobre la transmisión del virus en localidades, número de nuevos casos y nivel de ocupación hospitalaria. Esos y otros datos servirán a los tomadores de decisiones para establecer nuevas medidas, como el distanciamiento intermitente.
La experta reconoció que este no es un escenario ideal
, pero ante el riesgo de que los servicios médicos sean rebasados, es la mejor alternativa.