Este domingo debutó en Internet la Orquesta Virtual Iberoamericana, integrada por 123 jóvenes intérpretes, de los cuales 68 son mujeres y 55 jóvenes músicos, bajo la dirección del mexicano Arturo Márquez.

La Virtual, como se conoce ya a esa agrupación, interpretó un fragmento de Alas (a Malala), también de Márquez.

Se trata de un proyecto de carácter extraordinario, puesto en marcha por Iberorquestas Juveniles en respuesta a la situación de confinamiento que se vive en el mundo debido a la pandemia de Covid-19.

Ese programa de cooperación técnica y financiera es impulsado por 12 países mediante el Espacio Cultural Iberoamericano, que tiene como objetivo la formación artística y de valores para la infancia, adolescencia y juventud mediante la educación musical y la práctica orquestal.

El concierto de este domingo fue sólo la primera fase de la iniciativa; en el futuro volverá para ofrecer un producto cultural de calidad, emotivo y, sobre todo, capaz de reflejar el inmenso trabajo que miles de jóvenes intérpretes realizan cada día en sus escuelas, agrupaciones, coros o bandas, explicaron los organizadores.

Los intérpretes, de entre ocho y 26 años, fueron elegidos de cada país miembro del Espacio Cultural Iberoamericano, de sus respectivos sistemas educativos musicales.

“No son músicos profesionales, sino niñas, niños y adolescentes que aprenden música como una manera de adquirir habilidades que, en el futuro, les dará mejores oportunidades en su trayectoria vital.

Porque la música no es sólo un arte, sino también una potente herramienta educativa que abre nuevos mundos a nuestras niñas y niños, posibilitándoles socializar, jugar y aprender en un contexto seguro, capaz de poner en valor su sensibilidad, alejado muchas veces de las difíciles realidades que aún viven muchos de nuestros países, y más en este contexto de pandemia que nos ha tocado vivir, agregaron.

El debut de la Orquesta Virtual Iberoamericana se transmitió a través de la página www.iberorquestasjuveniles.org. Márquez dirigió a los 123 jóvenes intérpretes, procedentes de Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Uruguay, quienes desde sus casas grabaron su participación.

Fueron seleccionados de más de 450 candidaturas. La comisión que los eligió resaltó el altísimo nivel de las propuestas e hizo constar que la no selección no implica un juicio crítico. Por lo especial del proyecto se han tenido en cuenta tres criterios principales: la calidad técnica, cumplido por la inmensa mayoría de las y los jóvenes intérpretes presentados. Mínima calidad visual y sonora: la mayoría de las descalificaciones se han producido por dejar en volumen alto la pista base, en lugar de escucharla con auriculares, por ejemplo. En último lugar, se siguió un criterio de valorar los videos complementarios de acciones y testimonios.