Plática organizada por Metabooks Mx, con Claudia Bautista, de la RELI, y José Luis Escalera, de Profética
Sábado 23 de mayo de 2020, p. 4
El cierre de espacios públicos debido a la pandemia de Covid-19 ha dejado claro que las librerías necesitan adecuarse a las nuevas formas de consumo, pero también que es imperante abrir nuevos canales de comunicación con las editoriales para que vean a las librerías como su medio natural de comercialización, dijo Claudia Bautista, fundadora y presidenta de la Red de Librerías Independientes (RELI) y propietaria de la librería Hyperión, ubicada en Xalapa, durante una conversación organizada por Metabooks Mx en su canal de YouTube.
Antes de la pandemia estábamos en crisis, y ahora, en ella, seguimos en crisis. Lo que ha cambiado es la urgencia: se trata de supervivencia, hay peligro de que muchas librerías desaparezcan, ha cambiado la velocidad en la que estamos buscando respuestas
, añadió en la plática que sostuvo con José Luis Escalera, director de la librería Profética, localizada en Puebla, con la moderación de Carlos Rojas, director de MBB Latinoamérica, en el ciclo Conversaciones para hacer que los libros se vean.
Una analogía de lo que hace el nuevo coronavirus con los enfermos crónicos, diabéticos, obesos o quienes tienen enfermedades cardiacas, que son los más vulnerables, y las librerías mexicanas es similar, es como si fuéramos diabéticos crónicos, ya veníamos mal, ya estábamos tomando insulina, y ahora el virus nos está poniendo en situaciones muy serias
, apuntó Escalera.
Es un problema de muchos años, y es que las editoriales “no encontraron la forma de aliarse, de hacer equipo con las librerías, se fueron inventando canales de comercialización, nos brincaron, hicieron una cosa que se llama venta directa, y fueron prescindiendo de nosotros.
Sin pecar de optimista, creo que sí puede venir un momento de reflexión en el sentido de que las editoriales se darán cuenta de que metieron la pata. Los libreros tenemos nuestra parte de culpa. Es una oportunidad para cambiarlo
, añadió.
Se avizora apertura
Claudia Bautista dijo que en las reciente semanas hemos recibido invitaciones continuas a charlas con diferentes actores, y antes no había comunicación; veo apertura, veo interés por escuchar lo que pasa a los otros
.
Para José Luis, “no se trata de un asunto de solidaridad, sino de negocio. Insistiría en que las editoriales, las distribuidoras, se dejaron llevar por una estrategia de corto plazo, y que a los libreros pequeños nos ha faltado profesionalización, al no ser un giro que prometa grandes volúmenes de ventas, o retorno sobre la inversión, que hemos ingresado por otras motivaciones, otros intereses, eso genera que al mundo de los libros no se hayan acercado tanto empresarios profesionales o gente con una mentalidad técnicamente formada como comerciantes, es gente a la que le gustan los libros, leer.
Nos falta ser mucho más especialistas conocer más nuestro negocio, toda la parte de sistemas, de manejo de datos, estamos en pañales, hay carencias técnicas.
Si bien es cierto que la pandemia cambió los hábitos de consumo, también lo es que las librerías son las que ayudan a crear un sentido de comunidad en los lugares donde se encuentran.
Una de las grandes labores del librero ha sido el acompañamiento, estar cerca del otro, escuchar, compartir. Uno de los temores es que la gente se haya acostumbrado al mundo virtual, a la compras por Internet, pero creo que muchos sí quieren hojear libros, olerlos, por mucho que dos meses nos hayan cambiado los hábitos de consumo
, subrayó Bautista.
Nuestro mejor aliado es nuestra gente, nuestro barrio, la librerías de barrio. Las librerías estamos tan insertas en el tejido social de las ciudades porque la gente nos conoce
, agregó.
Hace unos días se dio a conocer una carta pública de la RELI a la industria editorial, en la que piden que los sellos tomen a las librerías como el canal prioritario de ventas.
Al respecto, Claudia Bautista dijo que las librerías, sobre todo las pequeñas, “tenemos cuatro competidores: las cadenas estatales, las cadenas de librerías, las editoriales y las plataformas, como Amazon.
“No podemos competir a través del descuento. Propusimos tratar de establecer una relación sana con las editoriales de beneficio para ambas, y solicitar que las librerías sean el canal prioritario de ventas, que ellas se dediquen a editar, nosotros tenemos el contacto con la gente y sabemos comercializar sus libros.
“El llamado es bajarse de las prácticas de comercio dispar que se dan continuamente y de lleno en la cadena del libro. Queremos sanear las relaciones que están lastimadas con algunas editoriales, queremos establecer un nuevo comienzo y pedirles que respeten la cadena editorial de venta.
Ayer, las pequeñas editoriales tuvieron una respuesta muy buena; con las grandes es mucho más difícil entrarle, pero ya buscaremos vías, tenemos una oportunidad de oro que no podemos dejar pasar para iniciar una industria del libro de verdad digna para los lectores mexicanos.