La relación entre la contaminación y el Covid-19 se analiza en el país, por lo que se efectúan estudios para definir si las tasas de mortalidad y letalidad son más altas en las ciudades con más afectaciones ambientales.

Actualmente se desarrollan cinco estudios en Estados Unidos, los cuales reportan que las urbes con elevados niveles de contaminación del aire presentan altas tasas de mortalidad, sostuvo Horacio Riojas, director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública.

Durante la videoconferencia sobre el nuevo Índice de Aire y Salud, que sustituye al Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, explicó que en México no ha concluido el trabajo porque no ha pasado mucho tiempo. En relación con las emisiones de los crematorios durante la actual pandemia, explicó que existe una norma que se actualizó el año pasado.

En las semanas recientes, en las que debido al confinamiento se redujo la circulación de los autos, no ha disminuido la presencia de ozono, aunque se redujeron las emisiones de otros contaminantes, explicó por su parte Luis Gerardo Ruiz Suárez. Añadió que si no se hubiera reducido el tránsito vehicular, se hubieran presentado siete contingencias ambientales.

A su vez, Víctor Hugo Páramo, coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis, explicó que el corredor Tula-Tepejí, donde hay una termoeléctrica, una refinería, plantas cementeras e industrias químicas, es una de las fuentes más grandes de dióxido de azufre. Para transportar los contaminantes al Valle de México se requieren condiciones meteorológicas que generalmente se dan en el invierno, cuando la atmósfera es más estable y llegan vientos de esa región.

Agregó que el impacto depende de las condiciones atmosféricas. Detalló que en el proyecto Milagro, hace 14 años, se encontró que en ciertas condiciones las emisiones pueden trasladarse al Valle de México, pero no es correcto decir que las emisiones llegan todo el tiempo. El Plan de Contingencias Ambientales está en desarrollo, indicó.