La iniciativa privada y el gobierno son conscientes de que a México le urge una reforma al sistema de retiro. En las conversaciones y acercamientos que han tenido, ambas partes coinciden en la mayoría de los cambios que se necesitan; sin embargo, hay un punto clave que los separa: la disminución en las semanas de cotización para que un mexicano pueda tener acceso a una pensión vitalicia.

Para el sector privado, una reforma al sistema de pensiones debe incluir la reducción de mil 250 a 650 el número de semanas necesarias para tener una pensión, lo que el gobierno no comparte, pues argumenta que una medida de ese tipo tendría fuertes repercusiones en las finanzas públicas del país.

Por ley, para acceder a una pensión de por lo menos un salario mínimo, un trabajador mexicano debe tener 65 años y haber cotizado mil 250 semanas en el sector formal. Para eso, en su cuenta debe haber acumulado por lo menos 700 mil pesos, si el monto es menor el gobierno pone el resto.

Lo anterior significa que se elevaría la cantidad de trabajadores con derecho a una pensión mínima, cuyas cuentas no llegarían a 700 mil pesos, por lo que la diferencia la tendría que absorber el gobierno, explicó Abraham Vela, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar).

Jorge Sánchez Tello, director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros, organismo encargado de diseñar la propuesta de reforma del Consejo Coordinador Empresarial, señaló que la baja de semanas es importante dado el alto índice de informalidad que hay en el país.

“En el actual entorno laboral es complicado que una persona trabaje mil 250 semanas en el sector formal; es decir, alrededor de 24 años. Dado que se busca que los trabajadores tengan una pensión digna, las semanas se deben reducir para que puedan tener una jubilación mínima garantizada de al menos 3 mil 697 pesos.

Obvio, tendrá un impacto en las finanzas del gobierno, por eso es importante analizar cómo se va a cubrir, dijo Sánchez Tello.

Explicó que, suponiendo que al ahorro que acumuló un trabajador le alcanza para una pensión de 2 mil pesos, el gobierno aportaría mil 697 pesos más, lo que desde su punto de vista no implica un mayor gasto de lo que ya hace en otros programas sociales:

Es mejor destinar dinero a pensiones que a otros rubros donde luego los gobiernos no han gastado muy bien.

Sin embargo, el presidente de la Consar tiene otra perspectiva. Para él la solución no está en reducir las semanas de cotización, sino en fortalecer la pensión universal, de tal manera que ésta llegue a ser de por lo menos un salario mínimo.

De esta manera, todos los trabajadores que no accedan a una renta mensual proporcionada por una Afore tendrán la pensión universal, mientras los que ahorraron lo suficiente contarán con un complemento que mejorará el monto de su pensión.