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En Guelatao, el cine es medio de resistencia y para mostrarse al mundo: Luna Marán
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▲ El documental Tío Yim, compite en Londres.Foto tomada del Facebook de Marán
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 2 de junio de 2020, p. 7

Juchitán, Oax., Aunque su rostro no es visible, al teléfono, la voz de Luna Marán, originaria de Guelatao, Oaxaca, y productora del documental Tío Yim, es imponente. Da la noticia de que su obra compite en el primer Festival de Cine en Línea, organizado por la productora BBC de Londres, que reconoce al cine comunitario de todo el orbe.

Tío Yim es una producción colectiva e independiente que se creó en la Sierra Juárez de Oaxaca en la tierra del Benemérito de las Américas, Benito Juárez, y donde hacer cine es una forma de vida para los lugareños desde hace décadas .

La película de Luna Marán muestra la relación estrecha que existe con la naturaleza y con su forma de vida; también habla de un contexto colectivo centrándose en el Tío Yim, su padre, a quien ella reconoce como un hombre que promovió y defendió la vida natural y el arte en todas sus expresiones, especialmente el cine, pero también muestra a una persona que tuvo que luchar contra el alcoholismo y se ausentó de su responsabilidad en la familia.

La particularidad de este documental es que Luna mezcló los colores de su tierra y recordó cómo vive una comunidad enclavada en una zona serrana del mundo, que en zapoteco se denomina Yela-too y en español significa laguna encantada, donde precisamente parece que las hojas no se mueven, aunque hay vida que contar, como ella lo hizo.

Lograr colocarse entre los siete mejores filmes que aspiran a ganar el premio al mejor documental de la BBC es, para Luna, una recompensa a 25 años de estar haciendo cine. Éste es una necedad más que pasión, porque es una lucha constante por conquistar los espacios externos y el cine ha sido la ventana para alcanzarlos, asegura.

Para sus producciones, el equipo usado –desde las cámaras de video, audio y la iluminación hasta los recursos económicos– son proporcionados por ella y los integrantes de la producción, así como por los esfuerzos independientes civiles que confían en el cine comunitario como símbolo de resistencia social.

Para ganar, además de lo que dicte el jurado, se involucra al público, por lo que Luna ha hecho una campaña en redes sociales, no saturada ni profunda, pero en la que invita a votar; hasta ahora mantiene preferencia entre los cinéfilos.

Impulso en comunidades

La cineasta recuerda que las enseñanzas comenzaron cuando tenía nueve años. Nombres como Juan José García, Carlos Martínez, Javier García, Ángel García, así como el de su padre, entre otros personajes, son precedentes en su vida. De ellos aprendió el cine, porque pensaron que con este arte se podía contar lo que veían y mostrarlo al resto del mundo.

Los años 80 llevaron el cine a Guelatao, a través de formaciones del programa Video indígena, el cual impartió capacitación; posteriormente se hicieron producciones y las compartieron por televisión pública. Se impulsó el cine comunitario y se crearon producciones que se transmitieron únicamente por el canal local, y de ahí el destape nacional e internacional.

De la gran sensibilidad de Luna resulta la producción del Tío Yim, que ha cautivado a más de uno que lo ha visto. En primer lugar, porque teje la historia de su padre con la vida natural y la reafirma cuando narra una realidad en la vida y los vicios de los pueblos.

Luna, de 34 años de edad, también ha multiplicado lo que heredó de los primeros cineastas de su tierra y ha formado a más de 500 niños y jóvenes en diversos espacios como Agenda Guelatao, Campamento Audiovisual Itinerante, Aquí Cine, Jeqo y Cine Too Lab, entre otros, donde también participan otras mujeres y hombres de la comunidad que impulsan talleres, actividades culturales y de difusión de lo que sucede en el pueblo.

En Guelatao, además de la formación de jóvenes y niños, también se creó el cine Too, llamado así porque en zapoteco la palabra Too significa mágico. Esta sala abre sus puertas cada semana e invita a conocer historias que se combinan con diversas fantasías.

Mientras espera los resultados del concurso, Luna se dedica a su labor de Topil –auxiliar municipal–, que significa fortaleza y reconocimiento, pues fue elegida por la Asamblea de Pueblos, considerada la máxima autoridad, y delega responsabilidades en sus ciudadanos.