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A punto de fenecer en Hidalgo, el arte de las miniaturas de madera y concha de abulón

Al poco apoyo del gobierno se suma la falta de interés de los jóvenes por aprender esta tradición: artesanos

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▲ La elaboración de 10 piezas se lleva dos días y medio .Foto Juan Ricardo Montoya
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▲ A los pequeños instrumentos de 6 centímetros se les incrustan figuras de flores, pájaros y hojas, entre otros.Foto Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 4 de junio de 2020, p. 5

Ixmiquilpan, Hgo., El arte de la elaboración de instrumentos musicales de madera con incrustaciones de concha de abulón, de escasos 5 o 6 centímetros de largo, cultivado por indígenas del barrio de El Nith, en el municipio de Ixmiquilpan, está a punto de desaparecer.

Los artesanos aseguran que se debe a la falta de apoyo de los tres niveles de gobierno en diseñar una estrategia para colocar estas bellas artesanías en mercados y puntos de venta de otras entidades del país y en el extranjero, aunado al poco interés de los jóvenes por aprender el oficio.

Es tal la situación, que en El Nith ya sólo quedan 10 artesanos, todos veteranos, que con mucho empeño mantienen en sus rústicos talleres la vieja tradición que aprendieron y heredaron del extinto Pedro Pedraza hace más de medio siglo.

Uno de ellos es don José Catalán Ramírez, de 56 años, quien en 1969, cuando apenas era un niño, comenzó a trabajar como aprendiz en el taller de Pedro Pedraza, considerado el orfebre que introdujo este arte en El Nith, ubicado en el semiárido Ixmiquilpan, corazón del Valle del Mezquital.

Desde esa época, don José se ha dedicado a la elaboración de los pequeños instrumentos musicales, a los cuales les incrusta milimétricas y complejas figura de flores, hojas, laureles, grecas, pájaros y otros animales, hechas con conchas marinas provenientes de Guerrero, a más de 342 kilómetros de Hidalgo. Nos la traen desde Taxco viejo, y es muy cara: 400 pesos el kilo.

El material es pulido con un torno para que el color blanco nacarado se torne en un brilloso plateado. Luego, con gran destreza y paciencia, elabora las milimétricas piezas, que son montadas después sobre pedazos de madera en forma de guitarras, violines o mandolinas, trazados y barnizados a mano con plantillas de acuerdo con las técnicas usadas para hacer instrumentos musicales de a de veras, como explica don José.

Luego se les montan o incrustan las figuras de concha; se coloca una pasta especial para cubrir los espacios vacíos. Se le deja secar, se vuelve a pulir a mano; al final se colocan las cuerdas y ya quedan listas, puntualizó. Para elaborar 10 pequeños instrumentos musicales, Catalán Ramírez tarda dos días y medio, por lo cual realiza lotes de un mismo modelo para que no se haga tan pesado.

Relató que hace 50 años, cuando Pedro Pedraza instaló el primer taller de orfebrería, sólo se elaboraban los instrumentos musicales en miniatura, pero después los artesanos de El Nith comenzaron a crear objetos con incrustaciones de concha de abulón como alhajeros, aretes, crucifijos, llaveros y marcos de madera para espejos.

Por desgracia, pese a la enorme belleza de estas artesanías, que alcanzan un precio en el mercado de 90 a 100 pesos cada pieza, es poco atractivo para los jóvenes de El Nith seguir con la tradición, debido, aseguran, a la falta de apoyo de los tres niveles de gobierno, tanto en recursos económicos como en la promoción y colocación en el mercado de estos productos.

Ya no quieren aprender; dicen que no deja para comer y mejor se meten a trabajar en otras cosas o se van de braceros a Estados Unidos.

Antes de la pandemia de Covid-19, don José y algunos de sus familiares vendían sus artesanías tanto en el taller localizado en El Nith como en un puesto ambulante que colocaban en los portales del centro de la ciudad de Ixmiquilpan, a unos 5 kilómetros de distancia.

Los del gobierno nos dijeron que por el Covid-19 ya no saliéramos, que nos quedáramos en nuestras casas para evitar contagiarnos, pero nadie nos apoya, se quejó el maestro artesano.

Ante la imposibilidad de vender sus productos y con el riesgo de enfermarse de Covid-19, don José, al igual que otros vecinos de El Nith, se vio obligado a emplearse como peón de campo por un sueldo de 200 pesos al día.

Apoyo de la sociedad civil

Hasta el momento, sólo la agrupación Por Nuestras Familias, encabezada por la activista Susana Paz García, ha mostrado interés en ayudar a don José y a otros artesanos.

Hace algunos días, dos enviadas de esa organización visitaron el taller de don José para conocer su situación y tomar videos y fotografías con el fin de promover su arte por Internet. También nos vamos a reunir con otros artesanos y sus familias para elaborar una plataforma digital tanto en idioma español como en inglés y francés, para que sus productos sean conocidos en el extranjero, explicó Paz García.

Igualmente vamos a gestionarles recursos con el gobierno federal y otras instancias para la promoción y elaboración de sus productos, así como buscar la forma de que tengan protección legal, para evitar que sus productos sean pirateados o plagiados, tal como ocurrió hace un año con los bordados del municipio de Tenango de Doria, agregó.

Indicó que se buscará integrar una asociación o cooperativa que aglutine a todos los artesanos de Ixmiquilpan, a fin de que puedan emprender acciones de manera conjunta. Las artesanías de madera con incrustaciones de concha de abulón son un patrimonio inmaterial del estado de Hidalgo. Por eso, nuestra organización Por Nuestras Familias va a proponer a los diputados locales que le den esa denominación, apuntó Paz García.