La judoca Edna Carrillo no baja la guardia para conseguir la clasificación olímpica a Tokio con apoyos y sin ellos, pese a las amenazas que recibió del personal del departamento de análisis técnico de la Conade, antes área de metodología, en quitarle la beca del Fondo del Deporte para el Alto Rendimiento (Fodepar), que recibe desde 2013.

Empezamos el año mal con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, nos hicieron firmar un papel a todos los becarios del Fodepar en diciembre en el que no podíamos hablar (mal de la Conade) ni subir videos a las redes sociales. ¿Cómo les dice no a eso? Es terrible, porque nos están quitando la voz: cállense y aguántense, revela la doble medallista panamericana.

En marzo, Edna absorbió los gastos del campamento que hizo en España y estuvo aislada tres días por la pandemia de coronavirus y no pudo trasladarse a Marruecos al cancelarse la competencia. Regresó a la Ciudad de México y se fue directo a las Villas de Tlalpan de Conade. No le permitieron el ingreso por las medidas sanitarias y venir de un país de alto contagio.

La representante de la Secretaría de Marina estuvo 15 días confinada en un departamento, luego de acudir varias veces al Centro Médico Naval (hospital Covid-19) y no presentó síntomas.

A partir de ahí decidió irse a Tamaulipas a seguir la cuarentena, pues hace un año representa a esa entidad que le ofreció los apoyos económicos que nunca tuvo en el Code Jalisco, al que le dio medallas en Olimpiadas Nacionales, Juegos Centroamericanos, Panamericanos y campeonatos continentales.

Carrillo y Luz Olvera, subcampeona panamericana, pagaron sus competencias. La única devolución que recibieron de Conade fue el del Grand Slam de Abu Dabi (en octubre de 2019), platica Edna, quien prefirió buscar los recursos por fuera. Anunciaron rifas de judoguis y perfumes para costearse los viajes de este año con videos que subieron a las redes sociales.

Me había ido de mochilazo, recuerda la competidora de 48 kilogramos con el mote de Pelitos, quien entrena con su novio Eduardo Araujo, hijo del entrenador de judo del mismo nombre, en la azotea de la casa en Ciudad Madero.

Edna admite que le da un poquito de miedo regresar a la CDMX, por ser la de mayor contagio y muertes de coronavirus.