Lunes 8 de junio de 2020, p. 20
Aunque el financiamiento que otorgan los bancos ha desacelerado su ritmo en lo que va de la pandemia, mecanismos como los microcréditos han incrementado su participación en las zonas rurales del país, pues en éstas la actividad económica no se ha detenido y es donde las personas necesitan liquidez, afirman dirigentes del sector consultados por La Jornada.
Contrario a lo esperado por las instituciones crediticias, los índices de morosidad se mantienen estables, pero este mes comenzará a verse qué tanto afectó la pandemia los niveles de impago. En el caso de las microfinancieras, los clientes han optado por refinanciarse, mientras los bancos de nicho notan en este segmento una mayor demanda por entrar al programa de aplazamiento de pagos.
Claudia Revilla, directora general de ProDesarrollo, asociación que aglomera a microfinancieras que, en su mayoría, dan financiamiento a pequeñas empresarias, sostiene que la respuesta por refinanciar y pagar deudas es el principal fenómeno en las zonas que atiende.
Las microempresarias a las que damos crédito no han podido detener su actividad económica en las zonas rurales. Son personas que viven al día. Lo que hemos notado es una gran sorpresa, pues han pagado sus créditos a tiempo y están optando por adquirir más crédito. Eso no significa que sean préstamos nuevos, pero sí que necesitan seguir generando capital y por eso continúan así
, detalla.
Revilla apunta que el índice de recuperación de la cartera que se tenía antes del Covid-19 es prácticamente de 80 por ciento, y el de morosidad del portafolios de microcréditos se encuentra entre 4 y 5 por ciento. “Es algo normal para nosotros los no bancarios, porque asumimos más riesgo al prestar.
Será este mes cuando se verá qué tanto afectó la pandemia a las personas que damos crédito, porque reinician sus actividades. Es ahí donde nos daremos cuenta si pueden seguir pagando o no. De cualquier modo, lo que tenemos que hacer es estar cerca de nuestros clientes, apoyarlos en estos momentos de falta de liquidez, porque son personas que viven al día.
Patricio Diez de Bonilla, director general de Compartamos Banco, institución enfocada a dar microcréditos a plazos de ocho semanas, detalla que desde el inicio de la pandemia los clientes han optado por afiliarse al programa de aplazamiento de pago de financiamiento sin que se cobren intereses moratorios o se manden reportes al Buró.
Nosotros hemos mantenido nuestra operación en toda la pandemia. Es cierto, al inicio sabíamos que teníamos que dar condiciones para que los clientes aplazaran el crédito, y más de 60 por ciento de nuestros clientes tomaron la alternativa. Prefieren no pagar por el momento. En marzo, abril y mayo seguimos desembolsando crédito
, aseguró el directivo.
Precisó que se ha notado una reducción de las solicitudes de financiamiento, pero como la mayoría de sus clientes viven al día
no han dejado de pedir préstamos. Los índices de morosidad, asegura, siguen estables, por debajo de 3 por ciento.
Hay una sana distribución del crédito, pero con un volumen mucho menor. Necesitan los microempresarios reabrir sus compañías, pero desde este lunes buscaremos a toda costa volver a hablar con los que aplazaron el pago de sus créditos y darles nuevo financiamiento para reactivar sus negocios y ser catalizadores de la actividad
, añade.