Realizadores independientes quieren demostrar que hay calidad // Los exhibidores menosprecian a la gente; piensan que sólo quiere ver películas comerciales: Natalia Bruschtein
Lunes 8 de junio de 2020, p. 9
Un grupo de cineastas independientes decidió unirse y alzar la voz a través de la iniciativa #NuestroCineMX, cuyo objetivo es demostrar que hay buenos filmes nacionales, sólo que éstos a veces no cuentan con todo el apoyo para su producción o distribución.
Lo que desean es que el auditorio conozca más producciones nacionales que fueron apoyadas por Foprocine (Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad), dependiente del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), soporte económico que existe desde 1998 y gracias al cual se han producido unas 400 cintas.
El cine mexicano se ve poco y nada. Las salas comerciales normalmente están cerradas para los realizadores nacionales y sus películas.
Según el anuario 2019 del Imcine, el año pasado hubo 341 millones de asistentes a salas, de los cuales 35.2 vieron cintas nacionales.
Asimismo, el documento señala que de los 454 estrenos en salas comerciales, 101 fueron nacionales. De ellos, 45 por ciento se exhibió en 10 pantallas o menos y 29 películas se distribuyeron por plataformas digitales.
A esto se suma la idea del gobierno federal y de los legisladores de Morena de unificar a Foprocine y Fidecine (Fondo de Inversión y Estímulos al Cine), lo que ha causado mucho temor entre los cineastas.
Ante la falta de acceso del público a películas producidas y dirigidas por cineastas nacionales, #NuestroCineMx, integrado por Ludovic Bonleux, Bruno Santamaría, Gabriela Domínguez Ruvalcaba y Natalia Bruschtein Erenberg, realiza una muestra en línea de lo mejor hecho con el apoyo de Foprocine.
Creado en 1998, este fideicomiso apoyó a más de 400 películas, “muchas de ellas óperas primas y documentales”, y permitió, hasta ahora, que miles de trabajadores relacionados con el séptimo arte pudieran construir una mirada plural sobre la realidad mexicana.
La muestra comenzó ayer con la exhibición de La ley de Herodes, de Luis Estrada, y Flor en otomí, de Luisa Riley. Ambas se presentaron en Facebook o Twitter del colectivo, así como en FilminLatino https://www.filminlatino.mx/, señaló Natalia Bruschtein Erenberg.
El poco acceso que tiene el público mexicano al cine producido y dirigido en el país está relacionado con que los exhibidores menosprecian a la gente, pensando que sólo quieren ver películas de entretenimiento, sostuvo la cineasta en entrevista con La Jornada.
Hay buen cine de entretenimiento, pero al no haber tanta gente que vaya a ver películas que te hagan pensar, reflexionar y conectarte con tu entorno, el duopolio (que maneja las cadenas cinematográficas) no las quiere exhibir
, agregó la directora de Tiempo suspendido.
El cine que no es comercial queda completamente desplazado. Si no se tiene el apoyo económico o los contactos para que esas películas puedan presentarse en las salas, quedas relegado a que la Cineteca Nacional y los cines independientes programen las películas mexicanas, destacó la también realizadora del documental Encontrando a Víctor.
Temas fuertes y polémicos
Las cintas escogidas por los organizadores del colectivo #NuestroCineMx refieren la importancia de abordar temas fuertes y polémicos. “La ley de Herodes causó mucho ruido en su momento y Flor en otomí es un filme de denuncia”, indicó.
La curaduría se basó en dos objetivos: el primero, que fueran cintas producidas por Foprocine; el segundo, que semanalmente haya paridad de género en la exhibición, pues al hacer la selección de las películas se dieron cuenta de que hay muchas realizadas por mujeres que no se conocen, precisó.
La muestra se extenderá hasta septiembre con la presentación de dos películas cada domingo en las plataformas señaladas. Además de los filmes mencionados, se exhibirán de forma gratuita En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo; Perfume de violetas, de Maryse Sistach, y Morir de pie, de Jacaranda Correa, concluyó Bruschtein Erenberg.