En las pasadas tres décadas Petróleos Mexicanos (Pemex) aportó al país mediante impuestos y derechos 29.8 billones de pesos, monto al menos 23 por ciento superior al valor total de la producción y servicios que generará el país este año, según informes de la empresa productiva del Estado.

De acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), antes de la pandemia de Covid-19 se estimaba un valor del producto interno bruto (PIB) en términos nominales de 24.3 billones de pesos, con un rango de crecimiento de (-) 3.9 a 0.1 por ciento, pronósticos que ya fueron superados y se espera una caída de 8 por ciento.

Pese al debilitamiento de Pemex, al que fue expuesto por décadas con la aplicación de un régimen tributario con excesiva carga fiscal, continúa siendo una empresa rentable.

Informes de Pemex detallan que en el sexenio del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari la petrolera aportó 2 billones 522 mil millones de pesos. Durante la administración de Ernesto Zedillo fueron 3 billones 604 mil millones, y con Vicente Fox 5 billones 771 mil millones.

Las mayores aportaciones se realizaron durante el sexenio de Felipe Calderón, con 9 billones 771 mil millones de pesos. Con Enrique Peña Nieto, 7 billones 46 mil millones, y en el primer año de la actual administración ha entregado 955 mil millones.

Esta carga excesiva a Pemex permitió el financiamiento del presupuesto público. En 2008, de cada peso del presupuesto del sector público 44 centavos provenían de los ingresos que generó la petrolera.

Esta tendencia se ha ido reduciendo con el paso de los años y ahora 19 centavos de cada peso provienen de los ingresos de la empresa productiva.

En su comparación internacional, Pemex tiene un margen de rentabilidad de 29 por ciento, muy superior al de compañías como Chevron (23 por ciento), Eni (21), Total (19), Shell (15), Exxon (13), Repsol (12) y BP (nueve).

El margen de rentabilidad refleja las ganancias o utilidad que obtiene la petrolera antes del pago de intereses, impuestos y otros gastos, como amortizaciones y depreciaciones de los activos fijos en proporción de sus ventas totales.

Hasta 2019 el resultado reflejaba una posición competitiva de Pemex, al situarse por arriba del promedio de las petroleras más relevantes.

Pero a diferencia del resto de las empresas de esa industria, mientras las petroleras tributan fundamentalmente sobre la utilidad generada, Pemex lo hace sobre los ingresos asociados al nivel de producción de hidrocarburos.

La excesiva carga fiscal a que ha estado sujeta Pemex ocasiona que el pago de impuestos y derechos equivalga a 105 por ciento del total de su flujo de efectivo, por lo cual la compañía tiene que endeudarse para financiar su operación e inversiones.

Para el conjunto de las empresas, la proporción promedio de impuestos y derechos sobre su flujo de efectivo es de 36.2 por ciento.

La cifra está muy por encima de lo que pagan de manera particular empresas como Equinor (52 por ciento), Eni (52), EcoPetrol (41), Exxon (38), BP (38), Chevron (35), Total (32), Petrobras (29), Repsol (25) y Shell (20).

Aun con ese entorno adverso, entre 2019 y 2020 se detuvo la caída sostenida de la producción de petróleo.

Este año la extracción se ha ido incrementando y las reservas probadas han crecido en casi 180 millones de barriles. La inversión repuntó 13 por ciento.

Informes de Pemex señalan que se ha registrado un desendeudamiento neto de 29 mil millones de pesos y que la carga fiscal del derecho de utilidad compartida para 2020 disminuirá siete puntos porcentuales. Además, costos y gastos de la administración han bajado.

Así, la tasa impositiva bajó de 65 a 58 por ciento para este año. Para la empresa, estas reducciones en la carga fiscal significarán un ahorro de aproximadamente 45 mil millones de pesos.