Guadalajara, Jal., Con mucho orgullo y compromiso, pero envueltos en el análisis para definir cómo se realizará la edición de este año, los organizadores de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara anunciaron que recibieron la noticia de que el máximo festival cultural de las letras en lengua española fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Es el reconocimiento a una labor de muchas décadas ininterrumpidas en países como los nuestros, donde es difícil la continuidad, sobre todo en términos de proyectos y programas culturales, dijo el presidente de la FIL, Raúl Padilla López.

En conferencia de prensa en la que fue acompañado por Marisol Schulz, directora de la FIL, y por el rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Ricardo Villanueva, afirmó que este encuentro, al haber nacido en una universidad pública autónoma, logró la continuidad de la que ha gozado durante 35 años para la promoción del libro y ser escaparate cultural y zona de reunión del pensamiento crítico libre, la ciencia y las artes.

Reconocimiento a una trayectoria

Creo que el premio significa de alguna manera un reconocimiento a esta trayectoria, agregó Padilla López.

El presidente de la FIL aseguró tener la confianza de que será de las primeras ferias que no se cancelarán, pues aún faltan seis meses para su inauguración, pero también señaló que están preparados para llevarla a cabo no con todas las condiciones que quisiéramos.

Recordó que la FIL nació en un contexto económico y social deprimido para América Latina a mediados de la década de los 80, con apenas 240 editoriales que acudieron a su primera convocatoria, y desde su primera edición se buscó un formato integral para no limitarse solamente a los libros y su promoción, sino a convertirla en un festival cultural de lo literario, las ideas y la promoción de la ciencia y las artes.

Quizá tengamos que hacer adecuaciones no menores, probablemente estaremos hablando no de una, sino de varias sedes de la FIL por razones obvias, aunque nosotros consideramos que para entonces habremos librado lo más difícil de esta pandemia, señaló.

Tradicionalmente se ha efectuado en la Expo Guadalajara, que seguirá como epicentro y sede principal, pero para evitar aglomeraciones –el año pasado, en nueve días acudieron casi 840 mil personas– se analiza la posible integración de una o más sedes alternas.

Tampoco hay hasta el momento intenciones de reducir el número de escritores y pensadores invitados, pero Padilla reconoció que es alta la posibilidad de que esta edición tenga un “carácter híbrido.

“Esto en términos de que quizá por algunas limitaciones que tengamos ampliemos su programación a espectros streaming con videoconferencias, pero nuestra programación se basará en la presencia de grandes escritores y en principio no pensamos limitar. Iremos dando a conocer los ajustes en relación de cómo evolucionen las condiciones (sanitarias).”

Explicó que el premio Princesa de Asturias, que la FIL compartirá con el Hay Festival Literatura y Artes, será entregado en octubre en Oviedo, España.

Schulz aseveró que el reto es continuar y ser todavía mejores, pues lo que se ha llamado nueva normalidad exige tener más imaginación y pensar en espacios distintos.

La FIL tendrá lugar, sí va a ocurrir, el cómo es lo que estamos trabajando; depende de muchísimas circunstancias que no tenemos ciertas, pronto tendremos una definición. Por lo pronto, sobre el país invitado (el emirato Sharjah) sigue también en pie su presencia, adelantó.

El premio no modifica el empeño

Añadió que la noticia del premio es muy importante, pero no modifica el empeño en sacar adelante –como siempre ha sucedido– la responsabilidad organizativa, con un comité consciente del enorme compromiso que representa realizar una FIL con el prestigio de la de Guadalajara.

El rector Villanueva también mostró su satisfacción por el reconocimiento otorgado a la FIL, elogió el papel que ha tenido Padilla López en su permanencia y crecimiento y expresó que también por el amplio prestigio con que cuenta la feria, la UdeG está obligada a ser la gran promotora de la lectura dentro y fuera de la propia institución.