La represión emocional es una de las causas de la ansiedad, sobre todo en época de pandemia y aislamiento social, afirmó el sicoterapeuta Román Hernández.

Esto significa, prosiguió, que ocultamos lo que sentimos; es violencia hacia nosotros mismos el hecho de reprimir emociones.

Ejemplificó: cuando uno se siente angustiado, evita ese sentir tomando un copa; estoy desesperado y lo contrarresto fumando; evitar es una forma de reprimir emociones evidentes y, sobre todo, ahora que vivimos una situación complicada, como esta pandemia, en la que la gente se vuelve experta en reprimir sus emociones y en no atenderlas.

Esta escasa cultura de atención de emociones “es lo que conduce a la ansiedad, que, junto con la depresión, está considerada enfermedad silenciosa del siglo. Todo mundo habla de ellas, pero resulta que nadie las padece, sostuvo.

La ansiedad se caracteriza, explicó el experto, por la preocupación excesiva ante las situaciones de la vida cotidiana (familia, responsabilidad laboral o económica, la salud, los pequeños fracasos de los hijos, las labores domésticas o el miedo a tener un accidente). Es decir, las personas sienten temor a lo que va a pasar en el futuro o bien al fracaso; incluso tienen miedo de perder el trabajo, a su pareja o a imaginar cosas en torno a cualquier dolencia.

Enseguida, las reacciones físicas se manifiestan con dolor y malestar generalizado, inquietud, fatiga, tensión muscular o alteraciones del sueño; en caso de que éstas no sean tratadas surge un deterioro en la vida cotidiana, enfermedades sicosomáticas, así como el abuso de sustancias y una compilación con otros trastornos mentales.

Hernández señaló que en contraste al nerviosismo, la cual es una sensación temporal, la ansiedad es un cuadro mental y emocional que se compone de alteraciones congnitivas y motrices; además, la ansiedad no se construye de un día para otro, sino cada día a través de la represión emocional.

El terapeuta comentó que existen pacientes que atribuyen sus episodios de ansiedad al Covid-19, pero aunque, sin duda, fue el detonante, la realidad es que surge tras una larga historia de represión emocional, aunque se habían buscado diversas salidas para ésto, como los viernes sociales, las salidas con amigos, ir con la pareja al cine o hacer ejercicio con los hijos.

El cuerpo exige ser escuchado

Sin duda, destacó Román Hernández, “lo único que el cuerpo exige, es ser escuchado. Es como si nos dijera: ‘oye, tengo una historia que contarte’, ya sea que no se ha superado la muerte de los padres o que los hijos ya no están, entre múltiples situaciones”. Por estas causas, gran parte de la población tiene ansiedad en sus diversas modalidades o intensidades.

El camino para comenzar a atenderse, puntualizó Hernández, es aceptar y reconocer alguno de los síntomas comunes, como son la sensación de nerviosismo, agitación, opresión en el pecho, irritabilidad, taquicardia, temblores, problemas de concentración o para conciliar el sueño.

Román Hernández agregó: estoy convencido de que la ansiedad tiene cura, siempre y cuando se atiendan el origen y los síntomas; además de realizar entrevistas al paciente en busca de herramientas para asistir las sensaciones, las cuales producen reacciones intensas en el cuerpo.

Sobre todo, la recomendación y regla de oro es no automedicarse, así como acudir con un especialista o recibir apoyo sicológico.

El también tanatólogo se encuentra en redes como @psicologoromanhernandez o en www.psicologoromanhernandez.com