Ante una caída en los ingresos de la ciudad por una menor recaudación de impuestos y pagos de derechos y servicios como consecuencia de la emergencia sanitaria, académicos y ambientalistas pidieron al gobierno y al Congreso capitalinos tomar previsiones y garantizar el suficiente presupuesto para el Sistema de Transporte Colectivo Metro en lo que resta del año y el siguiente, además de incorporar a su operación una perspectiva de seguridad sanitaria para usuarios y trabajadores.

Al participar en la conferencia virtual Dialogando para analizar el Metro, organizado por la Comisión de Movilidad del Legislativo local, el coordinador del Observatorio de Transporte y Movilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Bernardo Navarro, destacó que quedó demostrada la relevancia de este medio para el desarrollo de las actividades esenciales, por lo que sus instalaciones tienen que ser reconocidas como estratégicas.

Esto implicaría evitar su uso para actividades como el comercio informal, lo que admitió es un tema complejo, polémico y afecta muchos intereses, pero consideró que es más importante la seguridad de los usuarios en términos de salud.

Adriana García Gómez, coordinadora del programa Educación Ambiental, dijo a su vez que en general las inversiones que se destinen a infraestructura deben tener el enfoque de seguridad sanitaria, dado que se tendrá que vivir durante un tiempo con el virus y no solamente en la perspectiva de la salud de las personas, sino la ecosistémica que contribuyen a reducir emisiones de gases de efecto invernadero.

Planteó la necesidad de generar un uso de la bicicleta integrado al Metro, lo que permita a sus usuarios iniciar y completar sus recorridos por ese medio.

Navarro secundó el planteamiento al insistir en que habrá una menor disposición de recursos y facilitarán el intercambio modal de la bicicleta con el Metro.

El académico propuso a los legisladores recurrir a recursos federales como el Fondo Metropolitano, con el fin de garantizar el dinero suficiente para el Metro; en tanto, García Gómez planteó pedir los fondos internacionales que están a disposición de las naciones para proyectos orientados a la reducción de emisiones y que podrían ser empleados en su modernización.