Sábado 13 de junio de 2020, p. 6
Can’t stop. Seguiré Cantando. Esperando al Sol. Hermano. Los anteriores son los títulos de las primeras cuatro canciones del álbum Luz, la más reciente producción de Morodo, referente del reggae y de la cultura hip hop en España. Su historial discográfico incluye OZM Stylr, producción de 2001; Cosas que contarte, 2004; Rebel Action, 2010; Reggae Ambassador, 2014, y Luz, estrenado en España el 12 de este mes.
Contagiado de hip hop y de la cultura jamaicana en la adolescencia, Rubén David Morodo, decidió incorporase a este movimiento. De esa época extrae remembranzas que, relata vía telefónica desde su natal Madrid, “era un ambiente muy loco, muy pícaro; éramos quienes andábamos en banda y ya sabes, era época de la pandilla... Fue muy loco todo. Todo el día era la fiesta constante y hacíamos la música con cierta rebeldía y encarándonos, de alguna forma, contra el sistema y el Estado.
Había cierta irreverencia que le dio bastante personalidad a lo que luego fue desarrollándose en mi carrera. Esa rebeldía y esa arrogancia eran permanentes cuando éramos muy jóvenes. El primer trabajo que grabé lo hice a los 19 años. El estudio parecía un bar, era una época muy loca, pero la recuerdo con mucho cariño. Había mucha creatividad; de cualquier cosa hacíamos una canción.
Veinte años después, Morodo sigue en el camino y presenta 13 cortes en su nuevo disco Luz, donde los nombres de las primeras cuatro canciones forman una sola idea: “Es una declaración de principios absolutamente, la coincidencia de los nombres de las primeras canciones (No puedo parar, seguiré cantando esperando al sol, hermano); también es mi forma de entender. Es una forma de, cuando abres el disco, dejar claro cuál es mi posición en general y en estos tiempos, pues, me reafirmo.”
Elementos sonoros extraídos del reggae y del hip hop, además de la jerga rítmica del rap cargada de declaraciones con mensajes rebeldes, son sello permanente en el trabajo del madrileño, quien así trata de catalizar las inquietudes de muchos jóvenes al mezclar baile y reflexión. Sobre esto último, Morodo explica: “parafraseando a Bob Marley, aunque la gente no entienda ahora el mensaje de la canción y sólo la baile, el mensaje, la información se está colando.
A lo mejor hoy no lo entienden, pero dentro de tres años, dos meses, unas semanas o quién sabe cuántos días, de repente, se encenderá el switch y entenderán lo que quiere decir. Esa jugada me gusta: que la gente de repente diga ¡ah! Y que se le encienda la bombilla. O sea: mientras bailas, el mensaje llega.
La actual pandemia ha modificado los planes de Morodo; sin embargo, están “centrados en Luz, trabajamos en las presentaciones, en la rueda de medio. La pandemia me impidió grabar los videos clips y como sabes, acá en España vamos para tres meses de encierro; no se podía salir a la calle y entonces, gran parte de la producción se nos quedó en el cajón. Ahora hay que recuperar ese tiempo; mañana empiezo a grabar los videoclips y a mantener la promoción y, con la nueva normalidad, haré las presentaciones pertinentes. México está en la mira y tengo que viajar para allá sí o sí, no sólo por la música, sino para ver a mi familia y compartir con mi papá que está allá.”