Como resultado de una investigación realizada en 2015 sobre el futuro de la generación de jóvenes nacida a finales de los años 80 y principios de los 90 se articuló la propuesta artística No hay futuro posible: proyecto de teatro telefónico sobre el fin del mundo, la cual, en medio del confinamiento sanitario, comenzó a representarse de nuevo el 3 de junio y concluirá el 26 del mismo mes, con el auspicio de la Dirección de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El proyecto –concebido, escrito y dirigido por Isabel Toledo– se propone recuperar espacios en los que uno pueda rencontrarse y escuchar al otro borrando distancias, siendo solidarios y valorando el presente, explicó la creadora escénica en charla con La Jornada.

El proyecto no se pensó para ser representado en una situación de cuarentena sanitaria, comentó Toledo. En 2015 se hablaba de futuro a partir de una visible apatía de una generación de jóvenes frente a toda perspectiva venidera.

Entre las cuestiones que se planteaban aquellos jóvenes estaban de qué manera influirá el avance de la tecnología en el ser humano y si seguiría habiendo hambre y enfermedades.

Como parte de la propuesta se integró el uso de un teléfono fijo, ya que entre los propósitos artísticos de la Compañía Pentimento se encuentra el desarrollo de proyectos escénicos íntimos que puedan rescatar canales de comunicación en desuso.

La idea es que los dispositivos escénicos sean activados por el espectador, convirtiéndose también en constructores de la ficción. En este caso, la idea es sostener una comunicación entre dos personas que no se conocen, propuesta artística que en el contexto de la cuarentena sanitaria que hoy experimentamos se redimensiona, destacó Toledo.

El elenco original está integrado por cuatro actrices de distintas nacionalidades que viven en sus respectivos países: Manuela Méndez (Argentina); Vianka Alejandro (Puerto Rico), quien ahora se encuentra en Italia; María Olga Delos (Chile), e Itzel Aparicio (México).

Ellas sostendrán una conversación telefónica con cada espectador, en torno al presente y el futuro. Durante la conversación se entretejerá el texto ficcional escrito para la ocasión, el cual, aunque no hace referencia directa al nuevo coronavirus, sí fue actualizado.

La ficción implica la existencia de una empresa que se dedica a hacer enlaces telefónicos azarosos entre desconocidos.

Cada actriz interpreta un personaje, y entre los testimonios y relatos documentales de cada una la conversación o acción performática también dependerá de lo que el otro hable y comparta. Y justo ahora muchos necesitamos un espacio para hablar de cómo nos sentimos.

El registro de inscripción para participar ya concluyó; sin embargo, los que no pudieron apuntarse pueden escuchar una selección de los audios en la página de Teatro UNAM www.teatrounam.com.mx.