A raíz de la pandemia, el mundo virtual se agigantó, señaló Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Sin embargo, lamentó que el decreto de la austeridad recientemente establecido “ha venido a delimitar, proscribir, adquisiciones en materia de telecomunicaciones e informática.

Es un punto que no hay que perder de vista porque vamos hacia un mundo que prácticamente ya no va a dejar de atraparnos, sin embargo, en el horizonte inmediato de los órganos garantes del país, dadas las circunstancias de austeridad que esta misma pandemia va a provocar, está el problema de la prohibición a la inversión en tecnologías de la información. Ése será un reto que enfrentaremos juntos como Sistema Nacional de Transparencia, expresó.

Al inaugurar el diálogo virtual Nuevos paradigmas hacia la administración pública electrónica desde los órganos garantes de transparencia, convocó para que las instituciones de transparencia sean centinelas de la veracidad de la información, ante la falta de liderazgo de las autoridades sanitarias.

“Lo que estamos viviendo es un periodo particularmente extraordinario del federalismo. Momentáneamente la falta de uniformidad y de liderazgo del encarado de la crisis sanitaria a escala nacional generó temores, suspicacias e inconformidades en algunas regiones y no pocos estados, no pocos gobiernos han manifestado que les preocupa enormemente la falta de directriz nacional, la falta de directriz montada en la objetividad, en la certidumbre.

El INAI no ha sido complaciente ni ha sido sumiso ante una trayectoria de una directriz informativa e informacional que corresponde a quien encabeza la crisis sanitaria y no a la población, a la que por efecto y defecto de instrucción se le pueda ahora cobrar cada factura de haberse portado mal ante los riegos inminentes.

Agregó que la pandemia dejará cicatrices en la población. Nos va a dejar cicatrices sociales, porque vamos a quedar afectados de paranoia e hipocondría. Estaremos muy sensibles y a pesar de que se nos diga que la emergencia ya cesó, nos costará a todos sumergirnos con enorme miedo a la piscina de la realidad.