Líderes de diversas organizaciones sociales montaron este domingo una guardia de honor y colocaron una ofrenda floral en el monumento del vado de Aguas Blancas, municipio de Coyuca de Benítez, en la región Costa Grande de Guerrero, a 25 años de que elementos de la Policía Estatal Motorizada mataran en el lugar a 17 campesinos.

Participantes en el acto, al que acudió un reducido grupo de personas debido a la emergencia sanitaria por Covid-19, recordaron que la matanza ocurrió el 28 de junio de 1995 a las 10:29 horas, durante el mandato del gobernador priísta Rubén Figueroa Alcocer (1993-1996).

Manifestaron que la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), a la que pertenecían los campesinos asesinados, mantendrá su demanda de justicia hasta que se castigue a los responsables intelectuales y materiales de la masacre.

A nombre de la OCSS, Norma Mesino señaló que sigue pendiente la liberación de presos políticos, y reprochó que a dos años de que se eligió a Andrés Manuel López Obrador como presidente, una parte de la izquierda revolucionaria olvidó a las víctimas de Aguas Blancas, mientras el gobierno de Guerrero –que encabeza Héctor Astudillo Flores, del PRI– declara que lo ocurrido es cosa juzgada, condicionando el silencio de algunas víctimas y deudos a cambio de tres mil pesos anuales, gestionados por abogados corruptos coludidos con las autoridades.

En un comunicado, la OCSS exigió la creación de un tribunal autónomo para castigar las matanzas y violaciones a los derechos humanos, y aseguró que los autores materiales fueron liberados y exonerados. Con diferentes colores partidarios, pero con la misma esencia represiva y corrupta, los asesinos de nuestros compañeros se reciclaron manteniéndose en el poder.