En México, seis de cada 10 personas señalaron que disminuyeron sus ingresos a partir del confinamiento, que inició en marzo con la Jornada Nacional de Sana Distancia con medidas para disminuir la movilidad y las actividades sociales y familiares.

Pero no sólo eso, una tercera parte declaró que algún integrante del hogar perdió el empleo en este periodo y uno de cada tres encuestados tuvo alguna ex-periencia de inseguridad alimentaria, entre otras cosas, debido a la preocupación porque los alimentos se acaben, disminución en la variedad de la dieta o consumieron menos alimentos de los que acostumbran por falta de dinero o recursos por el confinamiento.

En la presentación virtual de los resultados de la Encuesta Nacional de las características de la población durante la pandemia del Covid-19 (Ensars-CoV-2), Teresa Shamah Levy, directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), indicó que, en el sondeo, una proporción importante de la población (55 por ciento) respondió tener enfermedades crónicas las cuales se asociaron a mayor vulnerabilidad al Covid-19.

Asimismo, se observó un aumento en el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol durante la emergencia sanitaria, la cual aún no concluye. “Un alto porcentaje de la población reconoció medidas de mitigación como usar cubrebocas, lavarse las manos y quedarse en casa.

Siete de cada 10 encuestados reconoció de cuatro a cinco síntomas características del Covid-19 y un porcentaje importante de los adultos refirieron salir de casa, recibir visitas y usar transporte público, principalmente los hombres menores de 60 años.

La Ensars-CoV-2 recibió información de mil 73 adultos mexicanos de 20 años y más, a escala nacional, con una media de edad de 54 ± 12.9 años. De 12 mil 850 llamadas, se obtuvo respuesta completa en 8.4 por ciento. Mientras en 11 mil 777 no contestó o lo hizo de manera incompleta.

Miguel del Castillo Negrete Rovira, jefe de la Unidad de Desarrollo Social sede Subregional de la Cepal en México, comentó que la crisis social y de salud han puesto de manifiesto que la gran mayoría de la población del país (80 por ciento) sufre del doble problema del hambre: desnutrición o malnutrición.

Tenemos, por un lado, 40 por ciento con algún grado de inseguridad alimentaria, una quinta parte tiene inseguridad moderada o severa y por el otro lado poco más de 20 por ciento de los niños menores de 5 años tienen anemia, al igual que una buena proporción de adultos mayores. Agregó que también un porcentaje considerado tiene un bajo consumo de micronutrientes, minerales y vitaminas y un excesivo consumo de macronutrientes como carbohidratos y grasas.