Lunes 6 de julio de 2020, p. a12
Steenokkerze, Bélgica., Un festival belga de música electrónica se reinventó para adaptarse a las normas sanitarias en tiempos de coronavirus: el público asiste en grupos de ocho personas en barcas para respetar la distancia física.
El jueves por la noche, en el parque del castillo de Ribaucourt, a unos 20 kilómetros de Bruselas, sólo 400 personas participaron en esta edición tan especial del festival Paradise City, es decir, el máximo permitido para reuniones al aire libre.
Somos el primer acto con público en Bélgica desde el desconfinamiento, así que la gente está súperemocionada, todo el mundo quiere divertirse, ver a los artistas actuar
, explicó uno de los organizadores, Antoine De Brabandere.
El festival, que normalmente reúne a unas 10 mil personas por día, fue cancelado en su versión usual. Estábamos decepcionados, reflexionamos sobre cómo hacer algo
, contó. Pensamos, los barcos serían ideales, porque la gente se queda en su burbuja de amistades, no se acerca a los demás, y es una experiencia un poco especial
.
En un mes se diseñaron las barcas y se construyeron en días.
Se aconseja, sin embargo, a los asistentes que no bailen con demasiado frenesí a bordo de estas embarcaciones de madera.
Un barco de rescate vigila, aunque el agua tiene sólo 40 centímetros de profundidad.
Excepcionalmente, la entrada es gratuita y se sorteó. Los afortunados tenían el derecho de invitar a siete personas de su círculo íntimo.
Rachel Kremers, una abogada de 27 años, no pensó que iría a un festival este verano
, relató en medio de un grupo de amigos que piden bebidas en un puesto antes de embarcar. “Es mejor que el live stream que ves desde el sofá”, aseguró la joven, invitada por un amigo, y que ni siquiera miró
el cartel antes de venir.
Los artistas previstos esa noche son todos belgas: BeraadGeslagen, Lola Haro, una pinchadiscos de Amberes, y Charlotte Adigéry, cuya música combina influencias electrónicas y antillesas.