Washington. El secretario estadunidense de Estado, Mike Pompeo, apuntó nuevamente a China en un discurso pronunciado ayer en el cual sostuvo que los aliados de Washington deben usar formas más creativas y enérgicas para presionar un cambio en el Partido Comunista.

En declaraciones en la Biblioteca Nixon, en el lugar de nacimiento del ex presidente Richard Nixon en Yorba Linda, California, Pompeo mencionó que la preocupación del fallecido mandatario sobre haber creado un Frankenstein al abrir el mundo al Partido Comunista Chino en la década de los 70 terminó siendo una profecía.

Nixon, quien murió en 1994 y fue presidente entre 1969 y 1974, abrió el camino para el establecimiento de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con China en 1979 a través de una serie de contactos, incluida una visita a Pekín en 1972.

Tras la sorpresiva orden de Washington de cerrar el consulado chino en Houston, Pompeo repitió con frecuencia las acusaciones de Estados Unidos sobre las prácticas comerciales de China, los abusos de derechos humanos y los supuestos esfuerzos por infiltrarse en la sociedad estadunidense.

Esta semana cerramos el consulado de China en Houston porque era un centro de espionaje y robo de propiedad intelectual, aseguró Pompeo, quien pidió a las naciones libres del mundo a triunfar sobre la amenaza de lo que consideró una nueva tiranía del gigante asiático.

El jefe de la diplomacia estadunidense añadió que el ejército chino se ha vuelto más fuerte y más amenazante y que la estrategia hacia el país asiático debe ser desconfiar y verificar, como recomendó el presidente republicano Ronald Reagan sobre la Unión Soviética en la década de los 80.

El tipo de compromiso que hemos estado buscando no ha generado el cambio dentro de China que el presidente Nixon esperaba inducir, indicó Pompeo.

La verdad es que nuestras políticas, y las de otras naciones libres, resucitaron la quebrada economía de China sólo para verla morder las manos internacionales que la alimentaban.

Las autoridades federales arrestaron ayer a tres investigadores chinos por no revelar sus vínculos con el ejército de China, y un cuarto individuo se encuentra prófugo en el consulado en San Francisco, informó el Departamento de Justicia ayer. Pekín respondió que Washington expresa “calumnias malvadas sobre China, y aseveró que sus funcionarios en el consulado de Houston siempre se condujeron dentro de las normas diplomáticas.