Rechaza Oregon la presencia de agentes federales
Se cumplen dos meses de manifestaciones contra el racismo
Domingo 26 de julio de 2020, p. 23
Portland. Una persistente multitud de manifestantes seguían en el exterior de una corte federal en Portland, Oregon, en la madrugada del sábado mientras lanzaban fuegos artificiales contra el inmueble, bajo nubes de gas lacrimógeno lanzado por fuerzas de seguridad federales.
Miles de personas salieron a la calle horas después de que un juez federal negó la petición de Oregon para restringir las acciones de agentes federales que detienen a participantes de las manifestaciones que han sacudido la ciudad y que enfrentaron a las autoridades locales con el gobierno de Donald Trump.
A las 20 horas, varios cientos de personas, la mayoría con mascarilla y muchos ellos también con casco, se reunieron cerca de una fuente en la que suelen darse cita los grupos antes de marchar hacia el Palacio de Justicia Mark O. Hatfield, donde hay agentes federales desplegados.
Entre los grupos organizados presentes, incluyendo Healthcare Workers Protest, Teachers against Tyrants, Lawyers for Black Lives y Wall of Moms, estaba la comisionada de Portland, Jo Ann Hardesty, quien se dirigió a la multitud en el exterior del tribunal federal.
A las 21 horas, los participantes eran varios miles. Apiñados, llenaron la zona y las calles aledañas al grito de “Black Lives Matter” y Federales, váyanse a casa
.
A medida que avanzaba la noche, los inconformes sacudieron con fuerza la cerca del tribunal y lanzaron fuegos artificiales y botellas de cristal hacia el inmueble. Los agentes federales respondieron con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento.
Los productos irritantes hicieron que los manifestantes se dispersaran, algunos enfermaron y otros se quedaron frente al tribunal con sopladores de hojas para redirigir los gases de vuelta hacia el inmueble. Los agentes federales tenían máquinas similares para responder.
Mientras las nubes de gases lacrimógenos flotaban por la calle, los manifestantes se reagrupaban rápidamente y volvían a cantar y a sacudir la cerca que los separaba de las fuerzas de seguridad federales en la corte.
El Servicio de Protección Federal declaró que la reunión era una asamblea ilegal
y que había agentes heridos.
Los agentes federales, enviados por Trump para atajar los disturbios, han detenido a docenas de personas en las manifestaciones nocturnas contra el racismo que a menudo se volvieron violentas. Líderes demócratas en Oregon dijeron que la intervención federal ha empeorado la crisis, que dura ya dos meses, desde que comenzaron las manifestaciones antirracistas que siguieron al asesinato, el 25 de mayo pasado, del afroestadunidense George Floyd, en Minneapolis, a manos de policías blancos.
El juez de distrito de Estados Unidos Michael Mosman decretó que el estado carecía de legitimidad para denunciar en nombre de los manifestantes, porque la demanda era altamente inusual y con un conjunto de características particular
.
Oregon solicitó una orden de alejamiento en nombre de sus residentes no por las lesiones que ya se habían cometido, sino para evitar las que pudiesen ocurrir en un futuro a manos de los agentes federales. Esta combinación hace que el estándar para conceder el reclamo sea muy escaso y el estado no demostró tener legitimidad en el proceso, escribió Mosman.
En Seattle, el juez federal James Robart, bloqueó la noche del viernes una propuesta de ley con la para prohibir a la policía utilizar espray de pimienta, bolas explosivas y técnicas similares y que se aprobó tras confrontaciones entre agentes y manifestantes.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos, citando el decreto de consentimiento policial de Seattle, alegó que prohibir la utilización de esas tácticas de control de masas podría derivar en un mayor uso de la fuerza por parte de la policía, ya que le dejaría sólo la opción de armas más letales.