A casi tres años de ocurridos los temblores de 2017, decenas de comunidades rurales del estado de Oaxaca –la mayoría de ellas de difícil acceso– siguen prácticamente en ruinas, con la mayoría de sus casas inutilizables y sin haber recibido ayuda por parte de las autoridades federales o estatales para la reconstrucción de las viviendas, señaló la Cooperativa Autónoma Cimarronez Anticapitalismo Organizado (Cacao).

La organización detalló que, en conjunto con el Comité por la Defensa de los Derechos Indígenas (Codedi), realizaron en semanas recientes dos recorridos por siete comunidades de la costa y la Sierra Sur del estado, entre ellas San Juan, Santa María y Santa Cruz Ozolotepec, además de Santa Catarina Xanaguía, para documentar las afectaciones a consecuencia de los sismos de septiembre de 2017 y de los ocurridos el pasado 23 de junio.

De acuerdo con el colectivo, en todos los pueblos se registraron daños de varias intensidades, los cuales van desde cuarteaduras leves en paredes hasta fracturas completas en bardas y otras estructuras. En cada una de las comunidades recorridas se perdieron totalmente más de 10 casas, la mayoría hechas de adobe. En total, el saldo es de unas 120 viviendas con daños y una persona herida de gravedad.

“La exigencia es que se conozca lo que pasa y se les dé atención a las comunidades a las que sólo se puede acceder a pie por caminos de terracería. Las pérdidas fueron catastróficas y, aunque ha pasado gente del gobierno federal o estatal para censar los daños, les dicen que las viviendas de adobe y de lámina no entran en el registro porque ‘no representan un riesgo mayor’”, denunció la organización civil.

Hay compañeros que todavía se quedan en la que fue su casa o están durmiendo con familiares, de 15 a 20 personas en un mismo cuarto, u otras que han tenido que rentar. Ha habido más de 4 mil réplicas en esa zona y esto se ha vuelto más complicado porque la temporada de lluvias genera muchos derrumbes.